La analista iSuppli ha publicado un estudio en el que se pone de manifiesto las limitaciones a nivel nanotecnológico a las que los fabricantes tendrán que hacer frente en torno a 2014.
La Ley de Moore, que ha marcado la industria de los procesadores durante los últimos cuarenta años al expresar que el número de transistores de duplica en un diseño cada 18 meses, parece tener los días contados. Dentro de 5 años el coste de fabricación de chips cada vez más pequeños será demasiado grande, tal y como asegura iSuppli.
Los fabricantes continúan su pulso para diseñar procesadores de tamaño cada vez más reducido, pero el coste del equipamiento necesario para fabricarlos está creciendo hasta tal punto los productos serán demasiado caros para ser utilizados de forma masiva en el mercado, tal y como indica Len Jelinek, analista de iSuppli.
“La industria de los microprocesadores podría llegar a ese punto en 2014, lo que supondría que la famosa Ley de Moore quedaría relegada al laboratorio, alterando la economía fundamental de la industria”, indica Jelinek.
El número creciente de transistores implementados en los chips, los cuales han ayudado a reducir los costes de la tecnología al reducir sus tamaños y permitir un mayor número de ellos (no solo para los ordenadores, sino también para consolas, smartphones, etc.) ha ofrecido la posibilidad a los fabricantes de seguir desarrollando sobre silicio.
Sin embargo, es algo que tendrá que cambiar según Jelinek. Los fabricantes de chips deberán encontrar otras formas de hacer dinero, incluyendo la extensión de los ciclos de vida de los procesadores que fabrican para poder generar más ingresos. Actualmente, tanto Intel como AMD comercializan procesadores en 45 nanómetros y están preparados para los 32 nanómetros. Responsables de ambas compañías ya han afirmado que la Ley de Moore seguirá siendo importante para la industria pero, ¿hasta cuando?
Otras compañías como Toshiba, en un esfuerzo para competir con Intel y Texas Instruments en el área de memoria NAND, indicó el 17 de junio que su objetivo es pasar directamente a la fabricación en 28 nanómetros en 2010, saltándose directamente tamaños de 32 nanómetros.
Todas ellas seguirán apostando por el silicio, pero también añadirán valor a sus productos y diversificando sus portfolios.
Por ejemplo, tanto Intel como AMD están añadiendo nuevas capacidades a sus procesadores, como una mejor eficiencia energética o instrucciones de virtualización a nivel de hardware. Además, también están accediendo cada vez más al mercado del software. Es el caso de Intel y la compra del desarrollador Wind River por 884 millones de dólares o su desarrollo Intel Parallel Studio, que promete sacar el máximo partido al procesamiento en paralelo.
Jelinek finaliza comentando que los fabricantes seguirán obteniendo ingresos por los desarrollos actuales durante un largo periodo de tiempo. No en vano, siguen ingresando dinero por los procesadores basados en 65 nanómetros, lo mismo que ya ocurrió con al anterior generación de 90 nanómetros.
“Historicamente, la industria de semiconductores ha buscado la forma más rápida de moverse a la siguiente generación de productos. Ahora, la cuestión es como hacer el mayor dinero posible aguantando la tecnología actual”.
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