La informática para los informáticos
Se ha convertido en habitual que las grandes empresas externalicen sus Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, es decir, las pongan en manos de expertos que las gestionan mejor.
Con una asiduidad cada vez mayor aparecen en los medios on line y tradicionales noticias relativas a contratos de outsourcing. Pero el concepto de externalización ha evolucionado sustancialmente a lo largo de los últimos tiempos para adaptarse a las verdaderas necesidades de los usuarios, ya que estos lo que buscan es mejorar su negocio, que no es el tecnológico.
Así, se ha ido pasando de una externalización limitada al control y mantenimiento de unas infraestructuras tecnológicas más o menos complejas, a una solución en la que el outsourcer no solo asume esas tecnologías, sino que se compromete a que, con su gestión, mejorará el negocio de su cliente, y lo hará por medio de los ahorros de escala que consigue, pero también y más importante, reorganizando esos sistemas para que sean capaces de mejorar los aspectos mejorables del negocio que se trate.
Esta nueva filosofía beneficia fundamentalmente a las grandes corporaciones como las eléctricas, las petroquímicas, etc. es decir, compañías cuya complejidad es tal que requieren de grandes equipos de profesionales para mantener en perfecto funcionamiento la importante herramienta tecnológica.
Pero las bondades del outsourcing pueden llegar a muchos otros modelos que no necesitan tener unas dimensiones descomunales, sino unos requerimientos tecnológicos complejos. Y aquí todavía quedan algunas barreras psicológicas que el outsourcing no ha podido saltar todavía como la fama de que es caro (lo que no puede ser verdad cuando permite ahorros de costes) o que se pierde el control de la información crítica para la empresa (la realidad es que el outsourcer asegura su disponibilidad por contrato y bajo cualquier circunstancia).
La realidad es que la informática la entienden mejor los informáticos.