La “Gran Renuncia” comienza tímidamente a llegar a España
El fenómeno de la denominada “Gran Renuncia”, masivo en Estados Unidos, comienza tímidamente a producirse en el mercado laboral español.
En Estados Unidos ha alcanzado proporciones históricas el fenómeno laboral conocido como la Gran Renuncia.
Hablamos de más de 4 millones de dimisiones mensuales de empleados que deciden abandonar su puesto de trabajo, con la particularidad de que no lo hacen para incorporarse de manera inmediata a otro empleo que ya hayan encontrado, sino que renuncian a empleos con los que ya no encuentran ataduras y cuyas condiciones laborales han empeorado o no responden arranque dudes y exigencias actuales.
En gran medida estas circunstancias proceden de la generalización del teletrabajo ocasionada como consecuencia de la pandemia. Millones de empleados descubrieron que gracias al teletrabajo mejoraba su calidad de vida y cuando las circunstancias propiciaron el retorno a las oficinas o bien la adopción de modelos híbridos optaron por abandonar sus trabajos si no es les ofrecía la posibilidad de continuar con estas condiciones.
El resumen es que millones de empleados, más de 50 millones desde el pasado año, decidían cada mes abandonar de manera voluntaria sus empleos fijos, sin mediar despidos, quedando a la espera de encontrar nuevos empleos en los que las circunstancias y oportunidades encajasen con sus nuevas perspectivas vitales y laborales. Todo ello sin disponer en el momento de la renuncia de perspectiva alguna concreta respecto a ese hipotético futuro empleo.
La “Pequeña Renuncia” española
El caso de España esta renuncia voluntaria ha ido creciendo a lo largo de los primeros meses del año 2022 aunque en una proporción menor, y no únicamente por la consustancial diferencia en el tamaño del mercado de trabajo de España en comparación con el de Estados Unidos.
Tan solo durante el mes de abril las estadísticas de afiliación a la Seguridad Social registran una cifra récord de casi 5.500 bajas voluntarias, siendo el dato más elevado desde que comenzaron a registrarse en el año 2001. Previamente la cifra más elevada había sido de algo menos de 4.800 empleados que voluntariamente renunciaron a su trabajo en septiembre de 2007, cuando se vivía el momento álgido de la burbuja inmobiliaria.
Como contraste, entre los meses de enero y marzo de 2021 la media de bajas voluntarias de empleados fue de alrededor de 2.000 al mes, habiendo crecido paulatinamente desde entonces hasta prácticamente duplicarse un año después, consolidando una tendencia al alza.
Tendencia que en otros países europeos, como Reino Unido o Italia, ya comienza también a dejarse notar. En este último caso con más de 1,5 millones de empleados que abandonaron voluntariamente sus trabajos durante 2021.