El m-learning se impone como la modalidad de aprendizaje que crece más deprisa. Según un documento elaborado por Monkimun, el 67% de los menores utiliza ya dispositivos móviles de forma habitual. Especialmente llamativo es el uso que los menores de 10 años hacen de los mismos, señala.
Esta tendencia impulsará un mercado de 9.100 millones de dólares en 2015 y una oferta de más de 80.000 aplicaciones educativas en los principales mercados virtuales. La cifra revela un crecimiento exponencial en los últimos años; a modo de perspectiva, generó 3.200 millones de dólares en 2010.
En España hay ahora un 41% más empresas dedicadas al sector de la educación que hace un año, favorecidas por el creciente protagonismo del Smartphone como “medio principal de educación virtual”.
Las ventajas son indiscutibles, defiende Marieta Viedma, cofundadora de Monkimun. “Los libros comienzan a dejar paso a materiales multimedia que permiten asimilar conocimientos de forma más dinámica y entretenida”.
No sólo los alumnos o las empresas desarrolladoras son las más favorecidas. Las instituciones educativas que ofrecen formación a distancia también beben de esta gran industria. Muchas universidades ya tienen una estrategia móvil y las que no, ya cocinan una.
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