La Comisión Federal de Comunicaciones estadounidense aprobará, a todas luces, la petición de retirar la solicitud de la adquisición de T-Mobile por parte de AT&T.
La semana pasada se conocían ya las intenciones del operador estadounidense de echar para atrás sus planes, y fuentes cercanas a las conversaciones apuntan ya a una posible aprobación definitiva.
Si la Comisión aprueba finalmente la petición, las compañías tendrán vía libre para centrarse en la defensa de su acuerdo valorado en 39.000 millones de dólares frente al departamento de justicia estadounidense, informa Reuters.
Si después de los trámites necesarios, el acuerdo se viniera abajo, AT&T podría sufrir un cargo contable de 4.000 millones de dólares, cifra que representaría los gastos del eventual fracaso.
Desde que AT&T anunciara su intención de adquirir T-Mobile (como movimiento estratégico para expandir su poder en EE.UU. y convertirse en la segunda mayor operadora del país), han sido muchas las voces que se han levantado en contra.
El acuerdo podría suponer la masiva desaparición de puestos de trabajo y poner en peligro la competencia entre los demás actores del sector de las telecomunicaciones.
Deberían rondar los 157 millones de euros, según sus cálculos, con 6 millones de EBITDA.
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