El futuro de Blockchain más allá de Bitcoin
En un futuro donde las máquinas, los servicios, los seres humanos y las empresas estarán intercambiando información y dinero entre sí, se necesitarán sistemas flexibles e interoperables.
Cada día nuevas empresas y organizaciones, incluídos gigantes como Microsoft y Tesla, dan pasos hacia el uso de la criptomoneda y la tecnología blockchain para apoyar su negocio.
Desde la aparición de Bitcoin en 2009, ha aumentado de manera constante su popularidad y adopción, al igual que en mayor medida lo ha hecho blockchain, la tecnología que soporta la criptomoneda y que permite los intercambios peer-to-peer.
La expansión de blockchain también ha dado lugar a dos nuevos retos, el de la interoperabilidad y la flexibilidad.
En la actualidad hay más de una veintena de monedas basadas en blockchain, cada una optimizada para diferentes propósitos, con diferentes tipos de cambio, mecanismos de verificación y consenso, y no son compatibles entre sí, por lo que es difícil para los usuarios realizar transferencias entre ellos.
Además, ahora hay una tendencia general a utilizar blockchain en otros campos, como el Internet de las Cosas (IoT), la cadena de suministro, la Bolsa o los juegos. Sin embargo, la tecnología original utilizada en Bitcoin no se diseñó para escalar a todos estos posibles casos de uso.
Superar estas barreras permitirá liberar todo el potencial de blockchain, soportar y conectar muchas de las tecnologías de hoy en día, así como las que están en desarrollo y que conquistarán el futuro.
Para ello, blockchain tiene que someterse a cambios para poder satisfacer las necesidades de todos los sectores posibles e intenta hacerlo a través de la adopción del Protocolo Interledger (ILP) y de iniciativas en la industria como el proyecto Hyperledger, un esfuerzo supervisado por la Fundación Linux que reúne a muchos gigantes de la tecnología y bancarios, como JP Morgan, IBM e Intel, tal y como desgrana TechCrunch.
En un futuro donde las máquinas, los servicios, los seres humanos y las empresas estarán intercambiando información y dinero, se necesitarán sistemas flexibles e interoperables que puedan comunicarse y ofrecer transparencia, seguridad y comodidad de uso en un solo lugar.