La desconfianza ante el e-Government
Los bajos índices de participación ciudadana ante la Administración electrónica subrayan la falta de conocimiento sobre Internet y carencias ante el trato personal.
Canadá ha tomado las riendas de la administración electrónica. Un último estudio realizado entre miles de internautas procedentes de Norteamérica, Europa y Asia, ha clasificado al país en el primer lugar y por cuarto año consecutivo, por delante de Singapur y Estados Unidos.
Sin embargo, la conclusión del informe elaborado deja bastante que desear. Lejos de tintes entusiastas, la evaluación de la madurez de los servicios proporcionados por el e-Government pone de manifiesto que hasta los usuarios online más avezados sólo visita las páginas de la Administración para ahorrar tiempo y dinero en las operaciones burocráticas; o para informarse sobre cuestiones puntuales como las relacionadas con el mundo de la salud o del ocio.
Decepcionante sería el término más adecuado cuando todo indica que el objeto principal de esta dinámica, la gestión electrónica, parece estar en punto muerto. Y es que, una vez más, vuelve a surgir la problemática de siempre: la inseguridad que ofrece Internet para muchos, la falta de confidencialidad y, en suma, los bajos índices de trato personal que, por naturaleza, caracteriza esta modalidad tecnológica.
No se pueden pedir peras al olmo. Internet sigue siendo lo que es y lo único que puede modificar esta lamentable visión de la administración en línea es la confianza en el mismo medio. Esperemos que con tiempo y paciencia, el ciudadano de a pie reconozca las ventajas y utilidades que el segmento e- Government ofrece en cualquier momento y lugar, con un simple movimiento de ratón.