La delgada línea entre lo personal y lo profesional se difumina con los smartphones
Cada vez es más frecuente que los empleados utilicen sus dispositivos móviles personales para labores profesionales poniendo en riesgo la seguridad y la privacidad de los datos de la compañía.
El boom de los smartphones y tablets se ha notado también en las empresas, y es que cada vez son más los empleados que utilizan sus propios dispositivos móviles para realizar gestiones relacionadas con el ámbito laboral.
Es frecuente que los trabajadores reciban y envíen correos de trabajo desde sus smartphones, guarden documentos sobre su compañía o que mantengan conversaciones online con sus jefes o compañeros sobre asuntos profesionales.
De esta forma los smartphones y tablets se convierten en una herramienta de trabajo en la que almacenan gran cantidad de información sensible. A esto hay que añadir la creencia generalizada de que los dispositivos móviles son inmunes a las ciberamenazas y el resultado es un enorme problema para las empresas.
De hecho la pérdida o robo de estos dispositivos es el principal problema de seguridad para la mayoría de responsables TI. Según un estudio elaborado por McAfee, una de cada cuatro empresas ha sufrido estos inconvenientes, buena parte de ellas con pérdida de información confidencial e impacto económico en las cuentas incluidos.
Además, según ese informe menos de la mitad de los empleados realizan copias de seguridad de los datos almacenados en los teléfonos más de una vez por semana.
“La pérdida de datos sigue siendo un gran problema tanto para consumidores como para empresas”, explica Todd Gebhart, vicepresidente de McAfee “es necesario que los consumidores dispongan de herramientas para proteger su información personal y que las empresas conozcan la forma de garantizar la seguridad de su propiedad intelectual”.