La delgada línea entre la seguridad y la privacidad online
Según informaciones de WSJ, el FBI lleva años utilizando una técnica para activar la webcam integrada en ordenadores de terceros.
La sensibilidad en términos de respeto a la privacidad está a flor de piel desde que hace unos cuantos meses Edward Snowden sacase a la luz el programa de vigilancia de la NSA (siglas de Agencia de Seguridad Nacional).
Y, semana a semana, se va acentuando con descubrimientos sobre las acciones de Gobiernos y organismos oficiales en el terreno de la seguridad y el uso de las nuevas tecnologías.
Lo último que se sabe, de la mano de The Wall Street Journal, es que el FBI lleva años utilizando una técnica para activar la webcam integrada en ordenadores de terceros y grabarlos sin que éstos se den cuenta.
Aunque la publicación especifica que se ha hecho “principalmente en casos de terrorismo o en las investigaciones penales más graves”. Y aquí se añade a “sospechosos que son expertos en cubrir sus huellas” cuando utilizan equipos informáticos.
A través del uso de malware y phishing, la Oficina Federal de Investigación de los Estados Unidos también sería capaz de hacerse con documentos y mensajes de correo electrónico.
El dilema radica en dirimir cuándo es legítimo, por razones de seguridad ciudadana y para evitar peligros, utilizar este tipo de acciones y cuándo se trata de un intrusismo excesivo, con riesgo de captar información personal de gente que no ha cometido ningún delito.
Es por eso que, en ciertas ocasiones, el FBI se habría topado con la negativa de los jueces a llevar a cabo esta forma de espionaje.