La delgada línea entre el negocio móvil y el fotográfico
Dos acontecimientos ocurridos la semana pasada sostienen la siguiente teoría.
La recién estrenada era digital conlleva el nacimiento de fenómenos hasta ahora inexistentes y que ya se han acoplado con naturalidad al día a día. Es el caso de la fiebre por sacar y compartir fotos. Y como cualquier fenómeno relacionado con el consumo, tiene fuertes implicaciones en la industria TI.
Snapchat, una app que permite compartir fotos, vídeos y mensajes entre unos contactos previamente seleccionados, está causando auténtico furor. Los analistas ya alertan del crecimiento “insano”. Ya procesa 150 millones de fotos al día.
Partiendo del ejemplo, ya puede anticiparse una consecuencia del fenómeno en el negocio TI.
Dos acontecimientos ocurridos la semana pasada sostienen la siguiente teoría. La línea de separación entre el negocio de la telefonía y el de la imagen se está difuminando. Los móviles se perfilan como los candidatos idóneos para sustituir a las cámaras compactas.
El primer pilar que sustenta la hipótesis tiene que ver con Nikon. La empresa japonesa, uno de los líderes del sector de la fotografía y de la óptica, planea la producción de “nuevos dispositivos” que se alejan del core de su negocio.
En unas declaraciones a Bloomberg, el presidente de Nikon sugirió la posibilidad de que esta nueva vía de negocio sea la de la movilidad. Makoto Kimura habló al medio estadounidense sobre la debilidad de las ventas de las cámaras compactas y de la fuerza de las ventas de smartphones.
Kimura prometió presentar en un plazo de cinco años un producto que iba a cambiar el concepto actual de las cámaras.
El segundo factor es el lanzamiento del Lumia 1020 y sus 41 megapíxeles. La compañía finlandesa ha llevado la fotografía de gran calidad al bolsillo. Nokia condensa dos dispositivos en uno y con un acabado más que aceptable. Habrá que esperar a la acogida del público y a la reacción de los competidores de la firma de Espoo para tener las conclusiones definitivas.