La compra de Instagram y WhatsApp, en el punto de mira de las autoridades americanas
La FTC cree que, cuando emergía la era del internet móvil, Facebook se dedicó a comprar “ilegalmente” a los nuevos innovadores en vez de competir con sus propias creaciones.
Facebook se enfrenta a un caso por prácticas monopolísticas en su país de origen, con implicaciones pasadas y presentes.
Los hechos se remontan años atrás, con la popularización de los teléfonos inteligentes y el internet móvil a lo largo de la década pasada. La Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos considera que la compañía que lidera Mark Zuckerberg abusó de su posición de poder en el mercado para conseguir eliminar a sus rivales en un momento crucial.
En una queja adicional sobre sus prácticas, presentada en el Distrito de Columbia, las autoridades alegan que Facebook urdió todo un esquema para ir comprando negocios que le podían hacer sombra y deshacerse de ellos, a veces dejándolos morir, tras una serie de intentos fallidos por lanzar funciones móviles propias para su plataforma, vinculada hasta entonces al escritorio.
“Facebook carecía de la agudeza comercial y el talento técnico para sobrevivir a la transición hacia los dispositivos móviles”, afirma Holly Vedova, de la Oficina de Competencia de la FTC. Y, al “no poder competir” con otros actores, “los compró o los enterró ilegalmente cuando su popularidad se convirtió en una amenaza existencial”.
“Incapaces de mantener su monopolio o sus ganancias publicitarias compitiendo de manera justa, los ejecutivos de Facebook abordaron esta amenaza existencial comprando a los nuevos innovadores móviles”, afean desde la FTC.
Aquí entraría tanto la adquisición en 2012 de la red social Instagram, basada en contenido fotográfico, como la de la aplicación de mensajería móvil WhatsApp un par de años después.
“Esta conducta no es menos anticompetitiva que si Facebook hubiera sobornado a competidores de aplicaciones emergentes para no competir”, sentencia Vedova.
A esto hay que añadir la atracción de desarrolladores de aplicaciones que podrían alterar su status quo.
En la FTC tienen claro que “las acciones de Facebook han suprimido la innovación y las mejoras en la calidad del producto. Y han degradado la experiencia de la red social, sometiendo a los usuarios a niveles más bajos de privacidad y protección de datos y a anuncios más intrusivos”. De hecho, en su denuncia habla de términos como vigilancia.
En este caso se refiere al lanzamiento de Facebook Platform, en un principio como espacio abierto al software de terceros, y su cambio posterior. “Facebook se aisló de la competencia durante un período crítico de cambio tecnológico. Los desarrolladores que habían confiado en las políticas de acceso abierto de Facebook fueron aplastados por nuevos límites en su capacidad para interoperar”, dicen los responsables de temas de competencia en Estados Unidos.
Los perjudicados del cerrojazo en el desarrollo de software tendrían nombres propios, como Circle y Path, pero también habría consecuencias para los consumidores, dado que una mayor disputa de ingenios habría “obligado a Facebook a mejorar sus propios productos y servicios”.
Es más, la FTC cree que hoy “Facebook continúa monitorizando la industria en busca de amenazas competitivas a su monopolio de red social personal”.