“La ciberdelincuencia mueve tanto dinero como la pornografía y el tráfico de drogas juntos”
Una encuesta de S2 Grupo revela que los ciberdelincuentes han conseguido robar información privada a 4 de cada 10 usuarios de dispositivos conectados. Además, una quinta parte sufre chantaje en redes sociales.
Prácticamente 4 de cada 10 personas que usan dispositivos conectados a internet ha sufrido el robo de su información privada por parte de los ciberdelincuentes. Hasta un 39,5 %, según una encuesta de la empresa de ciberseguridad S2 Grupo, ha sido víctima del robo de sus fotografías, vídeos, datos de tarjetas de crédito…
Además, un 17,9 % ha sufrido chantaje en redes sociales y otros entornos conectados.
A pesar de todo ello, son mayoría (50,7 %) quienes pasan de usar medidas de protección de la privacidad en los ordenadores, tabletas, smartphones y dispositivos de internet de las cosas. Incluso más (61,5 %) desconoce cómo comprobar si alguno de sus dispositivos conectados ha sido comprometido por una persona no autorizada.
“El problema es que todavía no estamos suficientemente concienciados de que el eslabón más vulnerable para estar ciberprotegidos corresponde con el factor humano”, opina sobre estos resultados José Rosell, socio-director de S2 Grupo.
“Más allá del uso de antivirus y otras medidas” que se pueden implementar, Rosell dice que “es fundamental que las personas nos responsabilicemos e interioricemos acciones ciberseguras. Por ejemplo, con no abrir emails de los que desconozcamos su procedencia, ya estaremos ayudando”.
Miguel A. Juan, también socio-director de S2 Grupo, añade que, “actualmente, la principal motivación de los ciberataques es el dinero. Creo que no se exagera cuando se dice que la ciberdelincuencia mueve tanto dinero como la pornografía y el tráfico de drogas juntos. Y debemos tener en cuenta que las personas somos parte del problema, pero también de la solución”.
“Tenemos que concienciar a la sociedad, no solo a los empleados, sino a todos y cada uno a nivel personal o en su negocio”, señala este directivo, de que “debemos tener unas precauciones razonables y desarrollar unos hábitos tecnológicos de seguridad como los que aplicamos en nuestra vida real. Hay que educar en ciberseguridad para afrontar nuestros temores tecnológicos”.