La CIA se digitaliza
La agencia de inteligencia estadounidense ha creado la Dirección de Innovación Digital, destinada a colocar a la CIA a la vanguardia en la era de Internet.
El servicio de Inteligencia más famoso del mundo no quiere quedarse al margen de la revolución digital. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) anunció públicamente este fin de semana la creación de una nueva sección de nivel superior denominada Dirección de Innovación Digital.
La creación de la Dirección de Innovación Digital forma parte de una de las reestructuraciones más importantes de la agencia desde su fundación en 1947.
De acuerdo con la información publicada por CNET, la nueva dirección asumirá las funciones de varias unidades de la CIA ya existentes, incluyendo el Centro de Operaciones de Información, que evalúa las amenazas para los sistemas informáticos de Estados Unidos y participa en operaciones ciberespionaje, y el Centro de Código Abierto, que supervisa redes sociales, medios de comunicación y sitios web extranjeros.
El objetivo principal de la Dirección de Innovación Digital es poner a la CIA en la vanguardia del mundo digital. “Debemos poner nuestras actividades y operaciones en el dominio digital en el centro de todos nuestros esfuerzos”, manifestó el director de la agencia, John Brennan. La CIA debe, dijo Brennan, “abrazar y aprovechar la revolución digital e innovar a través de nuestras misiones”.
Sobre las actividades de la nueva dirección, el Washington Post informó de que se encargará “no sólo de la elaboración de nuevas formas de robar secretos de teléfonos móviles y otros dispositivos, sino también de ayudar a los agentes de la CIA a eludir la detección en el extranjero, en una época en que sus móviles, ordenadores y tarjetas de crédito dejan rastros digitales”.
Estos cambios en la agencia se producen después de una serie de acontecimientos sonados que han demostrado que las grandes amenazas a la seguridad del futuro están en Internet. El hackeo a Sony Pictures, el juicio al creador de Silk Road, Ross Ulbricht, o los ciberataques sufridos por numerosas empresas, incluidas las del sector financiero, son sólo tres ejemplos.