La CE quiere flexibilizar el espacio radioeléctrico
Bruselas apuesta por hacer menos restrictivas las condiciones que impone cada Estado miembro para utilizar las distintas bandas de frecuencia.
La Comisión Europea ha apostado por reformar la actual distribución que hace cada Estado miembro de su espacio radioeléctrico para que éste responda a las necesidades que imponen las nuevas tecnologías. Propone una mayor flexibilidad y libertad para utilizar para distintos medios bandas que hasta ahora están asignadas a tecnologías concretas.
Según explica en un comunicado, son los Gobiernos nacionales los que distribuyen las distintas bandas de su espacio radioeléctrico, pero afirma que la “revolución tecnológica” ha provocado que el sistema de distribución se quede obsoleto y en ocasiones provoque interferencias.
“La organización tradicional rígida y segmentada del uso de las frecuencias es ineficaz y las nuevas tecnologías son capaces de suministrar una mezcla de servicios porque las tecnologías se han convertido en intercambiables”, afirma, al tiempo que añade que esto en ocasiones da lugar incluso a situaciones de competencia desleal.
Bruselas estima que la distribución actual del espacio radioeléctrico obliga a que las nuevas tecnologías se alojen en las bandas más elevadas del espectro cuando no es necesario. Esto supone para los nuevos productos una “menor cobertura” y “pérdida de espectro”.
Para evitar esta situación propone dotar al sistema de una mayor “flexibilidad”, de manera que se dé “libertad a los usuarios para decidir qué tecnologías y servicios son desplegados” en cada banda de frecuencia. Apuesta por hacer “menos restrictivas” las condiciones que impone cada Estado miembro para utilizar las distintas bandas de frecuencia.
La Comisión también subraya que “dejar que el mercado decida sobre el número de tecnologías y servicios ofrecidos en una frecuencia de banda específicas es mejor que imponer una tecnología o un servicio por regulación”.
Reclama “una nueva libertad para elegir tecnologías y servicios” y rechaza los “miedos” de que este cambio pueda llevar a una “fragmentación” del sector. En este sentido, alude al ejemplo de “grandes mercados” como el de Estados Unidos, donde se ha visto que la flexibilidad ha tenido como resultado la “consolidación” y “armonización”.
Bruselas es consciente de que esta modificación llevará “tiempo”, pero apunta que existen casos concretos en los que el cambio debería operarse de manera “urgente”, como el uso de la banda de 900MHz, reservada exclusivamente a la telefonía móvil y que también podrían utilizar los móviles de tercera generación.
Por otra parte, alude a la banda de 470 a 862 MHz, destinada a la televisión y que no será consumida totalmente una vez que se introduzca la televisión digital. Así, Bruselas apuesta por permitir utilizar parte de este espectro para otro tipo de servicios, como la televisión móvil o para extender los servicios de comunicación electrónica sin cables (wireless).