La casa de los que no tienen nada que ocultar… y unos brazos muy largos para limpiar ventanales
Cariño, nos han dado la hipoteca para pagar el casoplón con el que te habías encaprichado.
Pero tenemos un pequeño problema. Nos piden aval para otro préstamo con el que pagar el servicio de limpieza de ventanales.
Esa conversación es pura ciencia-ficción, evidentemente. Si tienes lana suficiente para agenciarte esa chabola, el menor de tus problemas será mantener limpios esos metros cuadrados de cristal que hacen que por el día la luz entre a raudales y de noche tu parezca “13 rue del Percebe”. La casa de la foto está en Sao Paulo y, reconozcámoslo… nos encanta. ¿Deseas saber más
Si en lugar de dibujante de tebeos (magníficos tebeos) el gran Francisco Ibañez hubiera sido arquitecto quizá ahora sería muy común tener viviendas como la de la espectacular fotografía de arriba.
Un alarde de fachada transparente que proporciona una luminosidad incomparable y que de noche… bueno, de noche más vale no tener enfrente demasiados vecinos. La estructura, elaborada en planchas de hormigón, enmarca un espacio diáfano con un atrio de tres niveles circundados por una montonera de libros en sus estanterías que además de decorar aíslan de temperatura y sonido y te dan esa pátina de cultureta adinerado que tan bien te sienta. ?Antonio Rentero [Archdaily]