El barco de 60 pies de eslora, utiliza las 12.500 botellas de PET para obtener el 65% de su flotabilidad, el resto del barco lo forma una estructura creada con plástico reciclado, un mástil de un tubo de irrigación de aluminio y una vela hecha a mano de tela de PET reciclado con un pegamento orgánico hecho de anacardos y caña de azúcar.
Además de su naturaleza “reciclada” utiliza energías renovables para hacerlo totalmente sostenible: paneles solares, turbinas de viento, generadores de bicicleta, jardín vertical hidrofónico, sistemas de recuperación de agua de la orina y desalinización por evaporación.
Enhorabuena a David, tras 130 días suponemos que estará contento de llegar a tierra firme y dejar de beber su propia orina reciclada… aunque quien sabe, después de tanto tiempo lo mismo le ha cogido el gusto, como se dice de la cerveza, al principio sabe fatal pero luego te acostumbras.— :Dani Burón [Designboom]
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