La banca da la bienvenida a “la era de la IA-evolución”
Esta tecnología permite a los bancos desarrollar nuevos modelos de negocio y formas de relacionarse con los clientes.
La inteligencia artificial (IA) debería dar un paso más en las empresas a lo largo de este 2024. Entre ellas, aquellas que pertenecen a la industria financiera.
Esta tecnología puede ayudar a los bancos a desarrollar nuevos modelos de negocio y formas de relacionarse con los clientes. Desde Cognizant hablan de “re-evolución” en el sector de los servicios financieros.
“La adopción de la IA no constituye simplemente una tendencia aislada, sino que está desencadenando otras tendencias dentro de la industria bancaria, al tiempo que se adapta a la evolución y las circunstancias que rodean a los servicios financieros”, comenta Alfredo Ávila, responsable de Banking, Financial Services and Insurance para España, Portugal e Italia.
“La inteligencia artificial, de esta manera, actúa como un motor de cambio que no sólo redefine los procesos y operaciones tradicionales, sino que también abre la puerta a nuevas posibilidades y enfoques innovadores en el ámbito financiero”, indica, al tiempo que evita a las compañías a adaptarse y dar “la bienvenida a la era de la IA-evolución”.
Cognizant observa hasta diez tendencias clave en este ámbito. Para empezar, la IA debería convertirse en impulsora de la evolución tecnológica y de la eficiencia, gracias a sus capacidades de automatización y de análisis.
Al liberar a los trabajadores de ciertas tareas, con casos de uso como los chatbots, ayuda a fortalecer las relaciones humanas y deja paso a nuevos modelos de negocio.
Y es que “la IA no sólo automatiza procesos, sino que también libera a los profesionales para enfocarse en actividades más creativas y estratégicas”. Esto lleva a Cognizant a observar un impacto real de esta tecnología en los modelos de trabajo, en plena transformación digital.
La IA redefine tanto la experiencia de los empleados como la de los clientes, con la posibilidad de entregar soluciones personalizadas, que se adaptan a necesidades individuales. Esto supone una transformación de las interacciones y la percepción que tiene la gente.
Teniendo en cuenta que la expectativas de los clientes cambian, incluyendo una mayor demanda de servicios inmediatos, la IA contribuye a un proceso de evolución continua y la proposición de valor frente a la competencia, como fintechs y neobancos.
En quinto lugar, las herramientas inteligentes pueden aprovecharse para mejorar la seguridad en plena lucha contra el malware, el phishing o los ataques a las infraestructuras bancarias y los datos financieros.
Un escollo que deberán tener en cuenta las compañías es la de la regulación. “La inteligencia artificial emerge como un posible acelerador, pero también puede encontrar obstáculos debido a las regulaciones que la rodean. Nos enfrentamos a una dicotomía donde la velocidad de resolución determinará los próximos pasos”, apunta Cognizant.
Otro fenómeno que se dejará notar es el de la sostenibilidad, que gana presencia ya no por una cuestión de cumplimiento, sino por pura convicción y compromiso.
Relacionado con esto, los expertos señalan a la tecnología en general como factor que acelerará la evolución y permitirá reducir el consumo energético: “la tecnología se erige como el motor que impulsa la evolución constante, permitiendo a las instituciones financieras ofrecer servicios más eficientes, sostenibles, seguros y respetuosos con el medioambiente”.
En noveno lugar se presenta el desafío de las finanzas descentralizadas o la desintermediación por la aparición de operadores digitales basados en blockchain, que a su vez suponen una oportunidad para las nuevas tecnologías.
Por último, debería avanzarse hacia una cultura de innovación liderada por las personas para catalizar el cambio en la industria bancaria. Esto implica dejar de considerar la IA como amenaza para aprovecharla a modo de herramienta con la que crear soluciones e incluso “humanizar las tareas del día a día”.