La 11ª generación de los procesadores Intel Rocket Lake-S apuesta por menos núcleos pero más rápidos
La nueva generación de los procesadores Rocket Lake-S de Intel está orientada a equipos de sobremesa y se apoyan en una nueva estructura que prima una mayor velocidad de núcleos pero con menor cantidad de ellos.
Se ha hecho esperar, puesto que estaba inicialmente prevista su presentación para hace tres meses, pero finalmente Intel ha presentado la undécima generación de los procesadores Rocket Lake-S.
La principal novedad es que por tratarse de procesadores orientados a equipos de escritorio se ha podido eludir la carrera de añadir más núcleos y reducir el consumo energético, unos parámetros que gozan de mayor predicamento en el ámbito de los equipos portátiles. En comparación con la competencia más directa, los nuevos Rocket Lake-S tienen menos procesadores que los Ryzen 5000 de AMD e incluso menos que su propia generación antecesora. Pero ello no supone una merma de potencia, al contrario.
En su lugar Rocket Lake-S cuenta con “sólo” ocho núcleos pero gracias a una mejora en el rendimiento de instrucciones por ciclo no se queda atrás con respecto a la competencia. Todo ello sucede gracias a la nueva arquitectura que permite el proceso de fabricación de 14 nanómetros, que favorece una mayor frecuencia de trabajo en los núcleos que llega a una mejora del 19 %.
La nueva generación de procesadores Rocket Lake-S tiene como tope de gama al Core i9-11900K, con 8 núcleos y 16 hilos. Su frecuencia base es 3,5 GHz pudiendo alcanzar los 5,3 GHz (4.8 GHz en todos los núcleos). En el chipset se incluye gestión de gráficos Intel UHD 750 Xe y un TDP de 125 W. Su precio de venta es de $539.
En el lado opuesto de la tabla el modelo más asequible es el Core i5-11400, con 6 núcleos y 12 hilos, frecuencia que oscila entre 2,6 y 4,4 GHz y un precio de $182.