Amazon ha revolucionado la lectura con este dispositivo, que ha supuesto el motor para la lectura digital. Sin embargo, hacerse con él no resulta fácil. Además de su precio (259 dólares) a ello hay que añadirle las tasas de aduana, porque sólo se vende directamente desde Estados Unidos, sin almacenes en otros países.
El reader tiene un acabado muy limpio y atractivo, con un teclado QWERTY que resulta muy funcional para hacer búsquedas, por ejemplo y que supone una ventaja frente a otros gagdets de este tipo que sólo permiten moverse mediante una interfaz con mandos de cuatro botones. El escaso peso (300 gramos) y grosor (9 mm) lo convierten en un equipo muy fácil de transportar para lecturas ligeras en el metro, por la calle, etc. La pantalla de 6 pulgadas tiene una visibilidad de los libros y las imágenes excelente pese a ser en blanco y negro, gracias a los 16 grados de grises. No resulta pequeña, pese a la sensación inicial.
La conexión a la tienda de Amazon (Kindle Store) es bastante rápida y cómoda y permite acceder a los últimos títulos. Aún le queda bajar un poco el precio, porque no se nota demasiado la diferencia con los ejemplares de papel, pero esto es cuestión de tiempo ya que el almacén digital ya ha anunciado que esto se hará dentro de unos meses, limitando el PVP a 10 dólares como máximo.
Sin embargo, tras tener entre las manos otros lectores de ebooks, le sacamos ciertas pegas. La primera es el concepto “elitista” con el que Amazon ha dotado a su producto. Con ello nos referimos a la incompatibilidad y los problemas de visionado con algunos formatos. Al margen de que no acepte ePub, se dan algunas limitaciones con algunos archivos .pdf y .jpg. El Kindle no deja ampliar el tamaño y sólo deja visualizarlos a pantalla completa, quedándose las fuentes casi ilegibles. Ciertas fotos, además no se cargan debidamente.
No obstante, estas dificultades pueden solventarse usando el software Calibre, una especie de librería de ebooks, que además permite la conversión de estos formatos a uno nativo del dispositivo.
Otra cosa que se echa de menos es una ranura para tarjetas, algo que también se está empezando a convertir en un estándar en el mundo eReader. El Kindle 2.0 tiene una capacidad de almacenamiento de 2 GB, pero esta prestación podría dotarle de posibilidades mucho mayores.
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