Jumio se acoge a la ley de quiebras de EE.UU
Eduardo Saverin ha realizado una oferta por la startup de pagos móviles y verificación de la identidad digital.
La startup Jumio, especializada en pagos móviles y verificación de la identidad para transacciones online y móviles, se ha declarado en bancarrota para su negocio de EE.UU (una figura similar al concurso de acreedores en España) quiey ha iniciado la venta de sus activos.
La compañía, que se ha acogido voluntariamente al capítulo 11 en el Tribunal de Quiebras de EE.UU, explica en un documento que ha tenido problemas para la recaudación de fondos para sus operaciones siguiendo las investigaciones del gobierno referentes a sus irregularidades financieras y procedimientos a la venta de acciones de su antiguo equipo de gestión.
“Esto ha dejado Jumio con pocas alternativas”, señala el CEO de la compañía, Stephen Stuut, en el escrito. “A pesar de algunos de los desafíos heredados por el equipo de gestión, nuestro negocio subyacente sigue siendo excepcionalmente fuerte”, insiste el directivo, quien no cree que se trate del fin de la empresa. “El proceso de venta y reestructuración supervisada por el tribunal nos permitirá fortalecer la estructura financiera y ampliar nuestra posición de liderazgo en la verificación de la identidad”.
Las subsidiarias de Jumio no americanas no han sido incluidas en el proceso, sin embargo, sí serán parte de la venta del negocio.
La compañía asegura que ha recibido una oferta valorada en 22,6 millones de dólares proveniente de uno de sus anteriores inversores Eduardo Saverin. El cofundador de Facebook y ex compañero de batallas de Mark Zuckerberg ha creado una nueva sociedad llamada Jumio Acquisition LLC para realizar la compra.
“El proceso justo y ordenado anunciado hoy permitirá a la nueva dirección de Jumio sirviendo a sus clientes de primer nivel y hacer realidad el potencial de la compañía”, señala el emprendedor e inversor brasileño en un comunicado.
Saverin siempre parece haber confiado en este proyecto empresarial. A mediados de 2012, Severin aseguraba estar emocionado por el curso de su nueva startup que iba a conseguir 100 millones de dólares anuales de facturación y era “muy rentable”.