Juicio Apple-Samsung: ¿acabará la guerra?

El juicio entre ambas firmas en Estados Unidos empezó esta semana con mucha polémica, desobediencia, interrogatorios al jurado y continuas reprimendas por parte de la jueza Lucy Koh.

Las objeciones que Apple y Samsung se ponen la una a la otra en el juicio son “ridículas”. O por lo menos eso es lo que dijo el viernes Lucy Koh nada más empezar el segundo día de uno de los juicios más esperados del mundo de la tecnología, el que enfrenta a ambas firmas en una guerra que parece eterna. Acto seguido, indicó que todas las objeciones tendrían que ser presentadas en persona y no por escrito, y que contarían en las 25 horas a las que ha limitado el tiempo de exposición de cada lado.

Y es que si la primera semana de juicio se ha caracterizado por algo ha sido precisamente por todos esos extras, por pequeños acontecimientos al margen del caso en sí mismo que provocaban acusaciones y contraacusaciones por parte de las compañías. Empezó Samsung enviando a los medios sus pruebas de que Apple se inspiró en Sony para el iPhone, unos documentos rechazados por Koh como evidencia.

La jueza pidió explicaciones ante ese comportamiento que podía influir al jurado y, mientras Samsung explicaba que se suponía que el juicio y que todos los documentos tenían que ser públicos, Apple intentaba aprovecharse del error ajeno. ¿Cómo? Pidiendo a Lucy Koh que, como castigo a Samsung, fallase a favor de Apple en los aspectos del caso que tiene que decidir el jurado. Como era de esperar, la jueza no tardó en rechazar el intento de Cupertino.

¿Ha influido Samsung al jurado?

La segunda jornada de juicio empezaba con tensión. Ante los temores a que los miembros del jurado hubiesen leído las evidencias filtradas por Samsung en los medios, Lucy Koh fue interrogando a cada uno de ellos preguntándoles si habían leído algo relativo al juicio. Todos menos uno aseguraron no haber visto nada y, este último indicó que era solo un titular y que no había comprometido su imparcialidad en el caso.

Uno de los grandes temores de Apple ante el juicio era que Samsung hiciese públicos los datos de ventas del iPhone y el iPad, algo que la firma suele guardarse para sí misma ofreciendo cifras generales. De hecho, cuando salió Phil Schiller a declarar y se le preguntó cuánto había vendido el primer iPhone, indicó que las ventas habían sido “extremadamente buenas”, mucho mejores de lo que habían esperado.

Al margen de todas las disputas, el juicio también está sirviendo para conocer detalles acerca de la concepción de algunos de los dispositivos más emblemáticos de Apple, algo que permite sacar conclusiones sobre futuros aparatos. Un ejemplo es el iPad-mini, cuya existencia parece cada vez más evidente. De hecho, frente a lo que se creía, el viernes se supo que a Steve Jobs la idea de un iPad de 7 pulgadas le parecía muy atractiva. Después de esto, ya son pocos los que todavía no creen que Apple tenga un tablet pequeño en preparación.