Jack Dorsey, humilde revolucionario… que por eso no habla con Evan Williams
Jack Dorsey, un joven procedente de San Francisco, creador y ex CEO de Twitter desarrolló la idea del site de microblogging con una novedosa concepción de la comunicación mediante mensajes cortos.
Fue suya la sugerencia de crear un servicio que permitiese al usuario escribir una línea o dos sobre sí mismo, una manera de añadir un elemento humano a la imagen de una ciudad poblada, como Nueva York, una de sus pasiones.
La intervención de Dorsey tiene que ver con la transformación de entender el mundo virtual pero seguro que no se imaginaba que su creación impulsaría los giros hacia la democracia en países como Túnez o Egipto. En ambos se puso en evidencia la importancia del arma de lucha más pacífica posible: el poder de las palabras.
Si tan importante es su labor, ¿por qué apenas se conoce su nombre?, se pregunta la revista Vanity Fair. Si bien sigue siendo presidente de la compañía y el segundo accionista más importante de la misma, apenas tiene relación con Evan Williams, otro de los fundadores, más allá de las reuniones ocasionales que celebra el consejo. Pero no le gusta avivar la posible polémica, Dorsey va por libre.
Sus amigos más cercanos hablan de él como una persona de carácter introvertido, y que, como mimetizado con la idea del microblogging, mide cada palabra que pronuncia.
Dorsey es el responsable de Square un servicio que permite a cualquier empresa a integrar con facilidad el pago con tarjeta de crédito mediante la simple descarga de una aplicación. Basta con colocar un cuadrado de plástico con una tableta o móvil y pasar la tarjeta por la ranura.
Square y Twitter tienen una misma idea de trasfondo: la accesibilidad para todos los públicos y la concepción de servicio. Dos pilares de la filosofía vital de Jack Dorsey.