Y es que dotar de más potencia y ampliar prestaciones al iPhone en su “generación de años impares” es habitualmente una receta de continuidad en lo exterior que tan solo se ha visto afectada mínimamente cuando el iPhone 5S incluyó el nuevo botón TouchID, pero en esta ocasión los coletazos del “bendgate” y la propensión de algunas unidades de iPhone 6 y especialmente 6 Plus a doblarse bajo determinadas (y todo hay que decirlo, casi extremas) circunstancias han sido un aliciente que puede haber venido muy bien en Cupertino para aprovechar y matar dos pájaros de un tiro.
Así se ha remodelado por completo la carcasa trasera del iPhone para que a pesar de resultar prácticamente indistinguible de la de su predecesor permitir que la aleación de aluminio sea distinta y más resistente, algo más gruesa (lo que ha aumentado de manera casi despreciable las dimensiones) y al tiempo con una reubicación de algunos componentes internos que ha favorecido el que podamos darle la razón a Tim Cook, consejero delegado de Apple, cuando anuncia que en el nuevo iPhone lo único que ha cambiado es todo.
Por terminar con lo que menos parece haber cambiado, el exterior, como corresponde a una genración de “año impar” se ha añadido el color rosado a los ya existentes dorado, plateado y gris.
Hemos mencionado el importante añadido que en su momento supuso la tecnología TouchID y en esta ocasión la remodelación discreta sucumbe ante la llegada de la revolucionaria tecnología Force Touch, que permite que la pantalla táctil del iPhone 6S pueda discriminar entre distintas presiones, derivándose comportamientos distintos en función de que el usuarios de un leve toque, lo mantenga o apriete con más fuerza. Esto permite, por ejemplo, que con un leve toque aparezca un menú contextual que permita ampliar información sobre un objeto mostrado en pantalla y que con un toque más intenso se abra directamente dicho objeto o archivo.
Esa capacidad háptica ya está presente en la pantalla del AppleWatch y en conjunción con iOS 9 supondrá sin duda una nueva forma de interactuar con los dispositivos móviles. La pantalla de los nuevos iPhone 6S y 6S Plus no es de cristal de zafiro sino de un nuevo material denominado Ion-X, calificado durante la presentación como “el más resistente de la industria”.
En el interior la potencia aumenta con la inclusión de un procesador A9 y una nueva arquitectura de transistores que resulta un 70 % más veloz que la del procesador A8 en proceso de datos y un 90 % en proceso de imagen.
También se había avanzado que la capacidad de las cámaras aumentaría y así ha sido, llegando a los 12 megpíxeles (lo que abre la posibilidad de grabar vídeo 4K) la trasera y los 5 la frontal, con la que ahora saldrán mucho mejor los selfies puesto que la pantalla puede encenderse completamente en blanbco para actuar a modo de flash, denominado Retina Flash.
En cuanto a los precios, los nuevos iPhone 6S y 6S Plus mantienen los de sus antecesores mientras que estos pasan a costar $100 menos, pudiendo reservarse a partir del 12 de septiembre y estando disponibles a partir del 25 de septiembre.
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