Investigación y espionaje
El descubrimiento de una red de espionaje industrial en Israel pone en entredicho la confiabilidad en los sistemas informáticos.
Cuando todavía no se han apagado las inquietudes que despertó el descubrimiento de la red de espionaje industrial Echelon, surge este nuevo caso. Aunque han pasado algunos años y se ha silenciado de forma acusada el caso, muchos todavía recuerdan el caso Echelon. Una red de espionaje a través de ordenadores que supuestamente contó con el apoyo más o menos velado de la Administración Pública estadounidense.
Con sus propias características, el caso de espionaje en Israel devuelve a la actualidad la cuestión del espionaje industrial. Y devuelve también a la actualidad el uso de troyanos para espiar. Durante mucho tiempo se ha hablado de las posibles puertas traseras de determinados sistemas operativos, y es que, como hemos comentado en editoriales previos, la seguridad es una de las partes sobre las que más hay que hacer.
El alto grado de conocimiento que precisa un profesional para ser considerado experto en seguridad lo convierten en un terreno oculto para la mayoría de los especialistas en Tecnología de la Información. Por otro lado, amparándose en la propiedad intelectual para no revelar el código fuente, se hace más difícil saber qué estamos instalando en nuestros ordenadores realmente.
Es por ello que la transparencia se ha convertido en uno de los objetivos de los sistemas de seguridad, y la estandarización de tecnologías y su acceso universal permiten evitar que se dé este tipo de espionaje.
Este tipo de hechos genera gran inseguridad en la industria y afecta a todo el entramado tecnológico y empresarial, por lo que es vital para la buena salud del medio que se zanje cualquier tipo de espionaje industrial.