Inversión inteligente como recurso TIC
Decisión y puntualidad son algunos de los pilares sobre los que se sustenta el futuro tecnológico de España en su convergencia con Europa.
El Plan España.es 2004-2005 se pospone, según fuentes parlamentarias, al 1 de enero de 2006, con modificaciones agregadas. Una iniciativa que expertos y asociaciones TI rechazan por la espesa ralentización que supone para el sector.
En contra de esta última decisión, los entendidos apuestan por concretar de manera definitiva lo que las reuniones a priori se limitan a generalizar y porque, antes de que acabe el período estival, vuelvan a tomar protagonismo las Direcciones Generales de Tecnología, eliminadas del mapa informático desde la llegada del Partido Popular a la cúpula del poder.
Así, además de reclamar una mayor aceleración de los trámites burocráticos y legales pertinentes, las mismas agrupaciones subrayan un factor de vital importancia: la inversión inteligente. De todos es sabido que, en este querido país, el inversor de mayor envergadura en la actualidad lo constituye el estamento público. Quién mejor que él para predicar con su ejemplo al resto de la sociedad , incidiendo como ya se ha remarcado en numerosas ocasiones, en la innovación y desarrollo, esa asignatura pendiente y tan nuestra.
No obstante, un agente de especial relevancia se queda en el tintero. El segmento financiero, ese devorador de las Tecnologías de la Información, merece una puntualización añadida, dado que, sin su contribución, contundente en todos los sentidos, poco podemos avanzar. Y menos sin sus inyecciones de capital, aunque sean intermitentes.
En otros términos, decisión, estrategia y exactitud a la hora de dinamizar los recursos TIC, son los tres pilares en los que el Ejecutivo debe apuntalar los cimientos de ese futuro que ya tenemos encima si no queremos perder el tren de la convergencia con Europa.