Una medida que ya fuera criticada por Google cuando Microsoft la empleó en 2006 para intentar implantar IE7, o más recientemente, impuesta por Apple, intentando meter (a empujones) el navegador Safari a los usuarios de iTunes.
De nuevo, la historia se repite , y la versión final de IE8 se distribuirá como actualización de alta prioridad en Windows Update para los distintos sistemas operativos Microsoft.
Aunque la actualización es voluntaria, e incluso Microsoft ha implementado una herramienta de bloqueo destinada a las corporaciones que necesitan trabajar con versiones anteriores, las críticas ante esta práctica no se ha hecho esperar.
Seamos claros, la mayoría de los usuarios ejecutará la actualización mediante un simple click sin saber muy bien lo que está haciendo. Esta táctica y la salida de Windows 7, por descontado con IE8 de serie, será la fórmula para frenar el avance de Firefox, Safari, Opera y el resto de competidores. Basar la extensión del nuevo navegador en el monopolio de sus sistemas operativos más que en la calidad del producto, ya ha empezado a pasar factura en Redmond con la pérdida del 70% de cuota de mercado. ¿Hasta dónde llegará?
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