Internet, la nueva garganta profunda
El correo electrónico se ha convertido en protagonista de algunos de los últimos escándalos de corrupción, y la Red es también el lugar en el que los responsables públicos intentan demostrar su honradez a golpe de transparencia.
Policía tecnológica
Obviamente, que un imputado en un caso de corrupción sea a la vez quien aporta los correos electrónicos inculpatorios no es lo habitual. Para eso existe la Brigada de Investigación Tecnológica, una unidad del Cuerpo Nacional de Policía encargada de las labores relacionadas con las nuevas tecnologías (pornografía infantil, fraude y estafa por Internet, ataques cibernéticos, piratería, etc.).
Esta unidad fue la que, por ejemplo, acudió a las dependencias de la Agencia Valenciana de Turismo en busca de unos archivos informáticos que relacionaban a Orange Market, de la trama Gürtel, con el expositor de la Generalitat en la feria de turismo Fitur en 2005. También fue la brigada que protagonizó los primeros registros del Instituto Noós, pero no encontró los e-mails de Torres y Urdangarin porque, al parecer, no se incautó de una bolsa en la que se encontraba el viejo ordenador en el que estaban los e-mails.
Tal y como explican fuentes policiales, esta unidad “se encarga de extraer información de los discos duros durante las actuaciones policiales, así como correos electrónicos y cualquier otro material de carácter informático”. Eso sí, aclaran, “siempre previa autorización del juez, que es también quien decide si el material puede usarse como prueba en un juicio”.
En caso de que un letrado, pongamos por caso el del Caso Noós, decidiese dar valor de prueba a todos o algunos de los correos electrónicos aportados por Diego Torres, lo siguiente que haría es encargar a esta unidad de la policía un informe pericial que confirme que los corres son reales y no una vulgar falsificación.
Esta Brigada de Investigación Tecnológica está encuadrada en la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, la Udef, muy famosa de un tiempo a esta parte por los numerosos escándalos que se están destapando en los que hay dinero negro de por medio. La razón de esa repentina fama es que muchos de los protagonistas de estas actividades son personajes del ámbito de la política (Luis Bárcenas o Jordi Pujol Ferrusola).