Los resultados de Intel se han resentido durante el tercer trimestre de 2022. La compañía ha anunciado ingresos por valor de 15 300 millones de dólares, con caídas del 20 % GAAP y 15 % no GAAP.
Esto incluye 664 millones de cargos de reestructuración, como medida para comenzar a reducir costes. De cara a 2023, Intel espera generar unos 3000 millones de dólares en esta reducción de costes.
Las ganancias por acción GAAP se sitúan en estos momentos en 0,25 dólares y las no GAAP en 0,59 dólares, lo que supone descensos interanuales del 85 % y del 59 %, respectivamente.
A la luz de estos resultados, el CEO de la compañía, Pat Gelsinger, ha comentado que “estamos abordando agresivamente los costes e impulsando la eficiencia en todo el negocio”.
Intel ha decidido apostar por Intel Device Manufacturing 2.0 (IDM 2.0), que combina su red interna de fabricación con la capacidad de terceros y nuevos servicios de manufactura. Con esta estrategia espera crear valor a largo plazo para sus grupos de interés.
De momento, el gigante americano se ha visto obligado a recortar su previsión de ingresos para todo el año por “los continuos vientos macroeconómicos en contra”. La nueva previsión se sitúa en 63 000 millones de dólares como mínimo y 64 000 millones como máximo.
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