El enfrentamiento judicial entre Intel y Nvidia se remonta al 2009, cuando ambas compañías se cruzaron varias demandas para impedir el uso de sus patentes. Intel quería impedir que en virtud de un acuerdo alcanzado previamente con Nvidia, ésta pudiera usar su arquitectura x86 para fabricar chipsets.
Por su parte Nvidia cerró a Intel su cartera de patentes y así se enzarzaron en una disputa legal que se ha resuelto finalmente con un acuerdo.
Este pacto establece el pago de una compensación de 1.500 millones de dólares (unos 1.160 millones de euros) por parte de Intel para permitirles utilizar las patentes de GPU de Nvidia.
El acuerdo confirma que Nvidia no podrá utilizar ninguna tecnología x86 de Intel, algo que no parece preocuparles ya que están centrados en desarrollar la nueva plataforma de procesadores con arquitectura de ARM que han presentado recientemente.
La cantidad que Intel tiene que pagar a Nvidia para poder usar sus patentes ha sido calificada por los analistas como “impresionante, una gran cifra”, según ha señalado Doug Freedman, analista de Gleacher & Company.
Este acuerdo, que pone fin a meses de disputas legales, ha tenido un impacto inmediato en los valores de bolsa, ya que las acciones de Nvidia han aumentado en un 4% mientras que las de Intel han perdido un 0,2%, según informa Reuters.
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