Intel enfada a los judíos ultraortodoxos de Jerusalén
Las nuevas tecnologías son clave en la economía de Israel, un país con gran potencial y con gran talento en TI que ha conseguido atraer a grandes compañías del sector. El otro Silicon Valley está en Oriente Próximo.
Intel es una de estas empresas implantadas en la zona, aunque su última aportación a la economía tecnológica del país está llena de polémica. La compañía ha abierto una planta de fabricación en Jerusalén y ha enfadado, de paso, a los ultraortodoxos asentados en la zona.
El problema: los horarios de trabajo. La firma tendrá su factoría activa 24 horas al día, lo que supone, de forma directa, trabajar también en Sabbath, algo que a una parte de los habitantes de la ciudad no parece gustar. De hecho, un grupo de judíos ultraordoxos se manifestaron en las inmediaciones de la fábrica para que se respete el día sagrado.
Y lo que podría ser un choque cultural como otro cualquiera se ha convertido, además, en un enfrentamiento político y económico. El nuevo alcalde de la ciudad, Nir Barkat, quiere que Jerusalén se convierta en un polo de atracción para la potente industria de las nuevas tecnologías, ya altamente presente en el resto del país. Además, ha dado un giro a la línea del consistorio, convirtiéndose en un gestor altamente laico.
“Intel es una bandera, es grande, prestigiosa y global”, explica a Financial Times el especialista de la universidad Hebrea de Jerusalen, Amiram Gonen. “Si la compañía se va, puede ser un toque de atención para las demás firmas de nuevas tecnologías sobre lo peligroso que es operar en Jerusalén”.
Intel lleva en el país 24 años, como explica un portavoz de la filial, Koby Bahar, al diario económico y siempre trabajó así, un modo de trabajo por otra parte y como recuerda el portavoz, que respeta las leyes israelíes.
“Nada ha cambiado. Estamos aquí desde hace 24 años de acuerdo con la ley”, asegura también a AP. Pero, como recuerda la agencia de noticias, la apertura de un parking municipal en sábado ya creó tensiones elevadas. ¿Tendrá Intel que respetar los días de rezo?