Innovación: la mejor receta contra la crisis
Los cinturones de buena parte de la comunidad tecnológica cuentan este año con varios agujeros adicionales para poder apretarlos más de lo habitual. La crisis económica que está llevando a la recesión a buena parte de los países occidentales, incluido España, está afectando sin distinción a grandes, medianas y pequeñas empresas del sector.
El temor a que la travesía del desierto se prolongue más allá de lo que sería deseable y las dificultades en la disponibilidad de liquidez están llevando a que buena parte de las empresas opten por aplicar drásticos recortes de gastos que se llevan por delante algo más que dispendios prescindibles.
Microsoft ha anunciado que, a lo largo del próximo año y medio, despedirá a unos 5.000 empleados de todo tipo de áreas de la compañía, incluidos sus departamentos de I+D y tecnologías de la información. Otro gigante del sector como Sun Microsystems ya comunicó poco antes una medida similar y en idéntica proporción.
Otras compañías, especialmente en el ámbito de las telecomunicaciones, han dado a conocer unos resultados trimestrales que indican el fuerte descenso de la actividad y, por consiguiente, de los beneficios con respecto a periodos anteriores.
Google es, posiblemente, la empresa que más alarmas ha activado. El mayor referente mundial en el ámbito de internet (lo que supone, en la práctica, hablar de la empresa tecnológica más creativa e importante del momento), vio caer sus ingresos en un 68% en el último trimestre de 2008, y ha empezado a tomar medidas para tranquilizar a sus inversores.
Entre dichas decisiones se encuentra el abandono de aquellas líneas de negocio que no constituían el foco central de su negocio, como Jaiku –una alternativa a Twitter– o la red social móvil dodgeball.
Podríamos concluir, de todo lo anterior, que ante un panorama de estas dimensiones lo único que cabe hacer es redimensionar la empresa, aligerar su carga de personal lo más posible, centrarse en lo fundamental, reducir precios para incrementar la demanda, y cruzar los dedos para que pase el temporal lo antes posible.
No es eso, sin embargo, lo que va a ayudar a superar el actual escenario de crisis. La respuesta, por el contrario, es la innovación, e innovar exige confianza, dedicación y esfuerzo.
Ninguna empresa que pretenda sobrevivir a medio y largo plazo puede permitirse el lujo de estancarse. Las nuevas tecnologías han demostrado, a lo largo de las últimas décadas, que su desarrollo tiene una incidencia extremadamente positiva tanto en el aumento de la productividad empresarial como en la generación de nuevos mercados que, a la postre, se traducen en puestos de trabajo y nuevas vías de beneficio.
Si hoy podemos disfrutar de un entorno como el que representa internet y las distintas tecnologías que han florecido bajo su sombra, que han transformado de una manera desconocida no sólo el mundo de los negocios, sino la forma en que entendemos la dinámica empresarial en todos los sectores (ya sean TI o no), es gracias a la inversión en innovación.
En tiempos de crisis, debemos ser extremadamente prudentes con el presupuesto. Nadie criticará que se estudie al detalle en qué se va a invertir cada céntimo y qué beneficio se espera obtener de él. Pero lo que no podemos permitirnos es frenar aquello que puede ser nuestra vía de escape, lo que nos suponga optimizar nuestros recursos, aplicar mayor inteligencia al negocio e, incluso, reinventarnos y abrirnos a nuevos nichos de mercado.
Desde AETIC se ha hecho un llamamiento a no poner barreras a la innovación. La Asociación ha instado, tanto a la Administración como al sector privado, a incrementar en 5.000 millones de euros al año las inversiones en infraestructuras de telecomunicaciones fijas y móviles.
El objetivo no es sólo fomentar nuevos puestos de trabajo (AETIC estima que se crearían 100.000), sino sobre todo impulsar un sector de futuro, con alto valor añadido, que nos permita escapar de las ataduras de otras áreas en franca situación de crisis, brindándonos una alternativa de futuro basada en la economía del conocimiento. De esto saben bastante en la India, pero hace falta tener visión de futuro para apostar con decisión por las siglas mágicas I+D+i: investigación, desarrollo e innovación. Merece la pena.