Infraestructura TI frente a la era de los datos y la inteligencia artificial

Digital Realty y Silicon organizan un evento en el que analizar con Solaria, Iberdrola y GVC Gaesco las nuevas demandas a nivel de infraestructura TI que tienen las empresas en un momento marcado por tecnologías como la IA.
En la nueva era de la IA y los datos tanto las corporaciones como las empresas tienen ante sí el reto de modernizar sus procesos, sus tecnologías e infraestructuras. Además, deben aumentar su eficiencia, mejorar su capacidad de reacción y su relación con clientes o cadena de suministro, para mantenerse así competitivas en un entorno cambiante y cada vez más regulado.
Por otro lado, la mayoría de las empresas a partir de cierto tamaño tienen también un conjunto de tecnologías tradicionales complejo de estandarizar, consolidar y modernizar para cumplir con las estrictas normativas en el uso de la información, de la soberanía de los datos y con los criterios de sostenibilidad.
Para analizar cómo se enfrentan a esa tan necesaria modernización de su infraestructura TI, Silicon organizó junto a Digital Realty un encuentro al que asistieron Alfred Vilaginés, director de Infraestructuras de GVC Gaesco; Enrique García, director de Red Digital en i-DE Iberdrola; y Alberto López, CIO de Solaria.
Un encuentro en el que, como explicó Raquel Figueruelo, Marketing & Business Development de Digital Realty, los centros de datos se han convertido en pieza angular de dicha modernización de las TI empresariales, ofreciéndoles esas capacidades de almacenamiento, conectividad o escalabilidad que tanto precisan.

El data center, punto neurálgico de conectividad
“Gestionamos lo que es la infraestructura física para el alojamiento de los equipos ofreciendo un ecosistema de interconexión. Por eso siempre nosotros estamos en el centro de las ciudades, donde de verdad está el dato para que la latencia sea mínima; cualquier conexión desde aquí, ya sea a cualquier nube o a un operador de telecomunicaciones, se produce en apenas milisegundos; ese es en parte nuestro valor añadido”, explicaba.
Conectividad que todas las empresas demandan y precisan, como quedó evidente con el relato de Alfred Vilaginés, director de Infraestructuras de GVC Gaesco. Con una plantilla cercana a las 500 personas y oficinas en Barcelona, Valencia y Alicante, la compañía se muestra cauta en el camino hacia la nube. “No tenemos nada en nube pública, todo en privada”, afirmaba Vilaginés al detallar que la empresa, a nivel de centro de datos, tiene un modelo IaaS con un proveedor ubicado en Barcelona y que tiene todo replicado en tiempo real en otro centro localizado en Madrid. Para la parte de desarrollo y pruebas, equipos no críticos, etc. contamos con nuestro propio data center, en nuestras propias instalaciones”.
Y esa estructura la que quieren cambiar: “Nos gustaría quitar de lo que está en nuestra oficina de Barcelona todo lo que tiene que ver con comunicaciones de salida al exterior, que lo tenemos en el data center, y llevarlo a un centro neutral para no depender de la oficina”.
El caso de la distribuidora i-DE Iberdrola es especial ya que, como compartía Enrique García, director de Red Digital de la empresa con el resto de asistentes, “podemos ser clientes y también proveedores de infraestructura de telecomunicaciones”.
Esto sucede ya que, la compañía, tiene lo que llaman “excedente”, parte de su red desplegada de fibra óptica a través del que ofrece la llamada fibra oscura. “Es infraestructura lista para que otros la “iluminen”, es decir, compren el ancho de banda y sobre ella abran paso a la tecnología que más les convenga. Y en ese sentido, somos proveedores de la mayor parte de los centros de datos que hay en Madrid, en Barcelona, en Valencia, en Bilbao, etc.”, relataba Enrique Garcia.
Desde el punto de vista de cliente, según el negocio, el negocio de generación y el negocio de distribución de Iberdrola, “tenemos nuestros propios CPD, con nuestra infraestructura redundada y demás y, al estar tan regulados y estar considerados como infraestructura crítica y servicio esencial, no podemos ir a la nube. Todo lo tenemos on premise”, añadía.
Cumplir con la normativa
La normativa marca también la modernización de la infraestructura TI de prácticamente cualquier compañía, condicionando su apuesta por la nube, su estrategia de ciberseguridad o política de conectividad.
En ese sentido, regulaciones como NIS2 y DORA están determinando el dibujo de la infraestructura TI de las empresas como señalaba en esta ocasión Alberto López, CIO de Solaria.
Con presencia, además de en España, en Uruguay, Grecia, Portugal, Italia, Alemania y en breve Reino Unido, Solaria anunciaba recientemente que también iba a proporcionar, como productor, energía renovable a los data centers, “con lo que además de NIS nos aplicará DORA”, señalaba Alberto López, CIO y CISO de la empresa.
Con un 70 por ciento de su plantilla y por tanto de sus cargas de trabajo fuera de la oficina, en las obras y plantas de producción, el CIO de Solaria compartía que “tenemos dos entornos muy diferenciados: toda la gestión documental del día a día, de adquisición de terrenos, toda la gestión pública y privada, etc. que me apoyo en cloud y la ingeniería en sí, que son proyectos de datos muy vivos, que la tengo on premise por un tema de latencias”.
De hecho, en Solaria, explicó que “el ERP y los sistemas SCADA, lo esencial de la empresa están en el cloud”.
Una estructura en la que, Raquel Figueruelo de Digital Realty, señalaba que “falta un core que es tu propia tu propia red, con la que mover todos estos datos. Eso es lo que te va a dar el punto ganador, porque subir a la nube información es muy barato, es incluso gratis pero bajar cuesta 3 céntimos por mega, imagina cuando hablemos de exabites. Ese es el coste de red, hacer una conexión directa… Hay que crear una infraestructura de red y servidores en función de dónde tengo que acceder al dato, así moveré el dato de forma más rápida y a menor coste y es esencial porque hoy manda el dato”.
Pensando en el mañana más inmediato, de nuevo regulaciones como DORA o NIS2 son algunos de los “obstáculos” que tienen que salvar empresas como GVC Gaesco. “Hacen mucho hincapié en el gobierno del dato, en dónde tenerlo, cómo tenerlo, cómo salvaguardarlo, etc”, reconocía Alfred Vilaginés.
Y aunque la opción del cloud público podría ser una respuesta a estos requerimientos, no la contemplan, añadía, “porque no nos fiamos al cien por cien de dónde van a estar los datos además de que el coste no es menor a tenerlo en casa”.
En el caso de i-DE Iberdrola, según Enrique García, también la regulación es un “dolor de cabeza”. Y es que como explicaba “por intentar tener nuestra infraestructura redundada y demás, a medida que la normativa progresa y hay más regulación, sí es un obstáculo. Establece unos requisitos y cuando tu miras si tu infraestructura los cumple pues tienes que actualizar cosas, desde los sistemas operativos de tus servidores, tienes que tenerlo todo protegido, sobre todo con la NIS 2 que te obliga a tener controladas todas las vulnerabilidades”.
Sostenibilidad e IA
Contar con los recursos necesarios en ciberseguridad es otro problema añadido al que se está sumando ya todo lo relativo a los informes de sostenibilidad que marca la nueva CSRD. “Empezamos a ser conscientes es todo lo relativo a los ODS, los ESGs, los informes de doble materialidad, etc. En nuestro caso concreto a mediados de año cumplen 15 años los contadores inteligentes que comenzamos a desplegar en 2010 y por normativa hay que verificar su estado o cambiarlos; estamos hablando de 11 millones y medio de contadores. Y ¿qué hacemos con esos equipos? Son ya electrónicos, tienen chips, circuitos integrados, etc.”.
Normativas que también llegan en materia de centros de datos, como apuntaba en ese sentido desde Digital Realty, Raquel Figueruelo. “En Europa, los centros de datos de más de 500 Kw. en 2030 van a tener que cumplir unas condiciones de PUE para reducir un 11 por ciento el consumo energético y y se está hablando de que ese requisito se va a bajar a los centros de datos de 200 Kw que, si no cumplen con la normativa, se cerrarán”.
Adaptarse a ello, lógicamente, tienen un coste económico: “La inversión es de 150.000 euros por cada 0,1 de consumo energético que tengas que bajar. Es decir, si estás en un PUE de 2 para bajar a 1,4 tienes que gastar unos 800.000 euros. Esta normativa también va a aplicar a todas las empresas, no a los que tenemos centros de datos, sino a todas las empresas que tengan infraestructuras propias de las que tendrán que informar detalladamente de sus datos de consumo, sus datos de emisiones y sus datos de tráfico de datos”, aclaraba.
Ese tráfico de datos va a incrementarse notablemente a causa de la Inteligencia Artificial, tecnología que marca también el mañana del tejido empresarial. “Una planta fotovoltaica nuestra tiene del orden de 3.000 elementos de IoT; queremos comenzar a aplicar la IA para hacer mantenimiento predictivo de todas las plantas, así reducir compras y con ello costes. De momento, estamos analizando los datos que tenemos y su calidad”, compartía Alberto López, de Solaria.
Para él, son muchos los obstáculos “aunque yo prefiero verlos como oportunidades” y señalaba que para él lo más importante es “comprender el negocio; eso me ha ayudado a implantar con cabeza porque tiene que ser totalmente defendible a cualquier proyecto que hagamos nivel usuario, esto te va a ayudar en el día a día, y a nivel de la alta dirección, en plan esto por ejemplo de TI y ciberseguridad anula ciertos riesgos… Es decir, primero entender y luego hacerme valer”.
Respecto a la aplicación de la IA, Enrique García explicó que en el caso de i-DE Iberdrola ya estamos haciendo proyectos “para intentar automatizar lo máximo algunos de nuestros procesos y para el mantenimiento de las redes, predictivo y normativo porque por ejemplo nosotros cada 3 años estamos obligados a revisar nuestros 110.000 centros de transformación, hay que revisar constantemente kilómetros y kilómetros de redes de fibra. Necesitamos sistematizar el proceso pero lo más complejo es cargar en algún sitio todos los datos y analizarla”.
Alfred Vilaginés, de GVC Gaesco, se mostraba más cauto respecto a la Inteligencia Artificial. “Hemos comenzado con un reducido grupo de personas a investigar cómo se pueden mejorar determinados procesos, automatizar determinados procesos, pero sin buscar aquello de lo que es core. Nos preocupa tema de confidencialidad de los datos por eso poco a poco y solo para procesos internos”.
“Lo usamos sí porque no puedes ponerle puertas al campo pero es necesario concienciar a la gente sobre su uso. Para mí la IA es como un@ secretari@ o un cúmulo de asesores para tí solo, que entienden tu área de negocio, que saben todos los idiomas habidos y por haber, que son doctorados en cualquier tema y a los que les puedo hacer una pregunta y me contestan además rápidamente.
Lo importante en la IA es encontrar la aplicación que nos va a dar un retorno, marcarte un objetivo y luego ya ver la algoritmia para tratar los datos”, afirmaba como conclusión Alberto López, desde Solaria.
Nuevas tecnologías y posibilidades que enfrentan las empresas a la hora de modernizar y adaptar sus sistemas, con regulaciones cada vez más estrictas en materia de sostenibilidad y ciberseguridad, la necesidad de gestionar el cambio entre los usuarios, los costes y la falta de perfiles especializados; un escenario en el que los centros de datos se presentan como opción estratégica.