Inferno es una “barrera sónica”, un cacharro que genera cuatro frecuencias entre los 2 y 5 kilohercios y hace que te quedes en el sitio preso del vértigo, la nausea, un dolor en el pecho insoportable y, finalmente, vómitos a tutiplén. Sharon Weinberger, de Wired, lo ha probado y dice que, efectivamente, la combinación de frecuencias es el sonido más desagradable que ha escuchado en su vida. Tanto que es cierto que te hace sentir fatal sin llegar a ser más ruidoso que una alarma típica (120 decibelios). Es decir: que es el equivalente de irse de copas, pero sin la diversión. — Jesús Díaz [Danger Room]
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