El gasto derivado de las impresiones es uno de los tradicionales agujeros negros de la contabilidad de las empresas. Folios innecesarios y consumo excesivo de tinta y tóner suponen un despilfarro de recursos a los que las compañías intentan hacer frente.
Los costes en impresión podrían incluso rondar la espectacular cifra de 17.000 millones de euros en toda Europa en un año, según un estudio de Canon.
Por ello, las principales fabricantes de aparatos de impresión y tinta apuntan a esta problemática para intentar seducir a los clientes corporativos.
Oki acaba de presentar su primera tarifa plana para empresas. Dirigida de forma específica a autónomos y PYMEs, la compañía ofrece en equipo de alta generación y el gasto en consumibles por 69 euros mensuales.
El empresario sólo debe, por tanto, aportar el papel y no sobrepasar la cifra de 10.000 impresiones al año.
La apuesta por las impresiones a precio controlado se confirma así como una de las tácticas para seducir a este mercado. De hecho, el número de partners asociados al programa de coste por página de Lexmark alcanza ya los 217 colaboradores, lo que demuestra el interés de esta clase de ofertas entre todos los actores del sector.
Con información de Channel Insider.
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