El mercado mundial de impresión 3D debería “continuar su rápida expansión en los próximos años, impulsado por la necesidad de reducir los tiempos de ciclo de fabricación y los costes de los prototipos”.
Así lo dice el vicepresidente de programa de IDC para Imaging, Printing & Document Solutions, Keith Kmetz. La evolución “será impulsada por una explosión de los fabricantes de impresoras 3D de todo el mundo, que intentarán capitalizar el crecimiento previsto en este mercado con impresoras más rápidas”, de “mejor calidad” y “a precios más bajos”.
Por lo pronto, IDC estima que los ingresos en concepto de impresión 3D se multiplicarán por más de dos entre 2016 y 2020. Este año deberían ser 15.900 millones de dólares. Dentro de cuatro, 35.400 millones.
Prácticamente la mitad de dichos millones estará vinculado directamente a las propias impresoras y a los materiales utilizados para tareas de impresión. Pero no conviene olvidar la importancia del software y los servicios.
Por industrias, el 56 % de los ingresos procederá este año de la fabricación discreta. Entre salud y servicios profesionales también aportarán grandes cantidades de dinero. Pero, ¿quién crecerá más? ¿qué aportación se dejará notar con especial proyección? Parece que la del retail. Lo veremos.
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