Este año los envíos de dispositivos wearables, esa tecnología para llevar puesta encima como los smartwatches, se quedarán en 535,5 millones de unidades.
IDC ha revisado a la baja sus previsiones para 2022 tras publicar los datos de un segundo trimestre débil en el que los envíos globales disminuyeron un 6,9 % hasta los 107,4 millones. Para todo el año el crecimiento será plano, aunque se espera una recuperación en 2023.
La situación de inflación que vive el mundo, que está produciendo el encarecimiento de los precios en general y la concentración del interés de los consumidores en categorías no tecnológicas, está detrás de esta tendencia. Además, el mercado de wearables ha vivido un hipercrecimiento durante los últimos dos años, lo que conlleva una difícil comparativa entre los números actuales y los de trimestres anteriores.
Incluso las principales marcas están sufriendo descensos interanuales. “Es desafortunado que compañías como Apple, Samsung y Google estén lanzando más smartwarches premium en un momento en que el apetito por productos de alto precio sigue en duda“, comenta al respecto Jitesh Ubrani, director de investigación de IDC.
“Aunque el precio de algunos productos nuevos es el mismo que el de la generación anterior, la fortaleza del dólar estadounidense dificulta la compra en moneda local alrededor del mundo”, explica este analista.
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