Huawei anda desmelenada. Y parece que le encanta la periferia madrileña. Después de traer hasta Alcorcón el evento anual del ICT Energy Efficiency Forum de la UIT la semana pasada, ayer convocaba a los medios en un hotel de Alcobendas para presentarnos la última iniciativa, el ICT WEU Road Show, un centro de demostraciones sobre ruedas que durante tres meses recorrerá diversas ciudades europeas de nueve países mostrando con tecnología aplicada cómo será y cómo ya es en muchos aspectos el hogar del futuro y las telecomunicaciones del futuro.
Tras iniciar la caravana en Sevilla y recalar estos días en Madrid, el 30 de mayo estará por Barcelona para seguir su periplo europeo. Los remolques de dos trailers han sido acondicionados a tal fin para poder mostrar de manera práctica las propuestas de Huawei para facilitar y acelerar la transformación digital de empresas, gobiernos y usuarios. “La conectividad es el oxígenos de la sociedad digital, y estar mejor conectado será la nueva normalidad”, asegura Tony Jin Yong, country manager para España de Huawei, empresa que tras cumplir quince años desde su tímida llegada ha ido afianzando una posición de liderazgo como lo atestigua su stand en el último MWC, donde desplegó todo su poderío en telecomunicaciones extremo a extremo, la computación en la nube y los centro de datos, redes definidas por software, terminales y vídeo 4K.
Y añade: “Conexiones ubicuas, innovación ágil y experiencia inspirada son nuestros tres mantras, basados en los principios de velocidad, calidad y libertad de disfrute. En este tiempo nos hemos dado cuenta de una cosa, que la visión que teníamos de obsesión por el producto, de probarlo y mejorarlo y después entregárselo al usuario ha sido superada por lo que nosotros entendemos una nueva redefinición: tenemos que ir en el sentido contrario, pensar primero en el usuario, y después intentar proporcionarle lo que le satisfaga”.
Huawei ha conceptualizado este proceso en este viaje a lo digital bajo el lema de la acción, ‘Open ROADS to a Better Connected World’, en el que la palabra ’carretera’ adquiere una múltiple fuerza motriz: Real-time, On-demand, All online, DIY y Social. “La combinación de servicios adaptados, aplicaciones específicas e infraestructuras TIC son la clave para la competitividad empresarial y nuevos modelos de negocio que creen valor al usuario en los que va a primar la experiencia en tiempo real, bajo demanda, conectados en todo momento, de forma personalizada y sociales”.
Los directivos de Huawei también aprovecharon para adelantarnos algunos datos del tercer estudio GCI [www.huawei.com/gci] (índice global de conectividad), en el que cada vez miden más parámetros (40), de más industrias verticales (10) y de más países (60) para proporcionar un instrumento de análisis capaz de comparar “peras con peras y manzanas con manzanas”. En este sentido, España se encuentra en la posición 17 encabezando el segundo grupo de los adoptantes, con un score global de 51 puntos y una renta normalizada de 25.000 dólares per cápita. Según este estudio, cada punto que se incremente, se traduce en un incremento de la competitividad del 2,1%, un incremento de la innovación del 2,2% y un incremento de la productividad del 2,3%.
“Lo que está claro es que países con distintos niveles de conectividad tienen su foco en diferentes intereses, mientras unos están en la fase de dar acceso a la mayoría de su población (Venezuela, Pakistán), otros van por introducir la transformación digital en las empresas (España, Qatar), mientras que unos pocos van ya por la experiencia de usuario y los servicios inteligentes (Noriega, Suiza). Los 80.000 dólares per cápita marcan el límite de la Innovación Aumentada”, explica Ben Guo, director de marketing EMEA de Huawei.
Los pilares en los que descansa este futuro de la innovación aumentada son los que conforman el super stack de las TIC: Internet of Things, Big Data, Cloud Computing, Data Centers y BroadBand, que son los cinco facilitadores principales del cambio. Finalmente, por resumir, hay una serie de recomendaciones para la creación de un ecosistema digital que implican una serie de incentivos y políticas institucionales comunes, a la vez que una reorientación de las habilidades con que deben contar las fuerzas laborales.
Para Ben Guo, la prioridad está en la digitalización del Estado, en la migración de todo a la nube, en el fomento del SaaS y del PaaS entre las pymes y nuevos negocios, y el desarrollo generalizado del análisis big data. Para ello, serán precisas redes con capacidades mucho mayores, al menos en estos tres aspectos básicos: en transferencia, en latencia y en densidad.
Las comunicaciones deben poder ser gestionadas de manera convergente y unificada, porque ya no se trata de llevar voz y datos, el Internet de las Cosas permitirá hogares y ciudades más inteligentes. Deben de ser ubicuas y alojadas en el cloud para tenerlas disponibles estés donde estés y vayas donde vayas (llamadas VoLTE, home video 4K, videoconferencias, domótica…). Y sobre todo deben ser inteligentes (smart pipe), para poder diferenciar el tráfico que transporta y al tipo de terminal que sirve, para poder adaptarse a las necesidades de cada uno y saber priorizar las más importantes del resto, flexibilizando el ancho de banda, la latencia, o el consumo de batería.
Para el año 2020 la mayoría de las conexiones serán de diez gigabits por segundo (10 Gbps) como punto de salida, un milisegundo (1 ms) de latencia y un índice de conectividad de 10 elevado a 6 por kilómetro cuadrado. “No hará falta tener las tres funcionalidades a la vez. Por ejemplo, para usos de realidad aumentada o manipulación de hologramas en 3D necesitarás más ancho de banda; para el pilotaje de un vehículo autoconducido o el vuelo de drones se priorizará una latencia casi instantánea (99,999%) para poder reaccionar en tiempo real; para escenarios multitudinarios como eventos deportivos o las votaciones concurrentes de Eurovisión se preferirá mejores densidades que apliquen inteligencia a la red”, explica Francisco Alcalá, jefe de producto LiTRA en Huawei Alemania.
Esto supone una revolución con lo que hay ahora mismo. Lo más avanzado que existe es lo que se viene a llamar 4,5G, que es una evolución pro de la misma tecnología LTE (150 Mbps) sobre la que funciona capaz de mejorar su tasa de transferencia hasta 1 Gbps, pasar de 10 a 50 ms la latencia o multiplicar por cien la capacidad de las conexiones. “Este mundo giga es el punto de llegada de la tecnología LTE, como mucho 2 Gbps mejorada si se consigue dar a la vez estas tres condiciones: la agregación de las redes de tres carriers, una modulación de 256 QAM y un MIMO masivo que multiplique los canales del 2 x 2 al 4 x 4”, dice Alcalá. Actualmente ya funciona en pruebas algunos lugares de Asia y Norteamérica, y se piensa que para el mundial de fútbol de Rusia 2018 o las olimpiadas de invierno en Corea esté disponible.
Más denso, más pequeño y más flexible, así será la 5G, que seguirá necesitando estaciones base sobre tejados, pero también bajo tierra para dar servicio al IoT. Dependiendo de que sea de larga escala o de pequeña escala, se optará por la tecnología lampsite (estadios, aeropuertos) o PICO (pymes y tiendas), que priorizan la calidad en relación al número de usuarios. Por ejemplo, si con WiFi la concurrencia de muchos accesos hace caer la calidad, con LAA (licencia de acceso asistido) se podrá establecer un puente entre los canales WiFi y LTE para ofrecer una calidad constante aunque se agreguen múltiples usuarios a la vez.
El IoT 2.0 proporciona algunos ejemplos clásicos: recogida de basuras selectiva con un ahorro de la flota del 50%; control de la red del agua, capaz de detectar el lugar exacto de una rotura o de medir la calidad del agua en cada punto; o la gestión de parkings con reserva y prepago, pasando de tener menos diez plazas a más de cien libres. “Hay infinitos usos: tracking de maletas, cuidado de mascotas, control de dietas de adelgazamiento, pago de seguro del coche por kilómetro recorrido…”, dice Alcalá. “El cálculo hecho para cada sensor es que debe estar por debajo de los cinco dólares, y si está colocado bajo tierra debe durar su batería diez años”.
Otro caso de uso está en la tecnología LiTRA para los servicios públicos de emergencia, llamada a sustituir a la actual red TETRA. Básicamente es sustituir la limitación de una comunicación 2G para voz y datos (¡a 25 Kbps!) por un servicio de vídeo 4K bajo demanda para actuaciones críticas (bomberos, ambulancias, policía…) y localización GIS. Lo más atractivo del sistema LiTRA es que es la mitad de caro que el TETRA, basta un único servidor y la red que ya proporciona LTE. “Pero los Gobiernos, por una idea de seguridad muy sui generis, prefieren contratar una red privada. España no tiene presupuesto para otras cosas, pero ha renovado cuatro años, igual que Alemania. Sólo Gran Bretaña ha empezado a usarlo, y se prevé que Bélgica y Holanda empiecen a estudiar su aplicación, más tras los recientes atentados. A nivel empresarial, hay algunas instalaciones en China, una flota de taxis en Chequia o la propia Repsol para una de sus refinerías españolas”. Sin duda un motor para el crecimiento.
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