HTC al borde de la desaparición

A lo largo del presente año las acciones de HTC han perdido un 60 % de su valor, con una nueva caída en las últimas horas de su valor de mercado que se ha situado por debajo de los 1.500 millones de dólares que la empresa tenía en metálico a finales del pasado mes de junio.

Esto hace que en el presente momento la única garantía que HTC puede ofrecer a los accionistas por el valor de sus acciones sea ese dinero en metálico. Se desecha el valor que puedan tener los inmuebles e instalaciones o incluso la marca, que habría perdido completamente su valor por la cada vez más insignificante cuota de mercado de los por otra parte excelentes terminales que fabrica y vende HTC.

La empresa taiwanesa tenía una capitalización bursátil superior a los 3.000 millones de dólares en 2011 pero fracasó estrepitosamente en su estrategia de mercado para plantar cara a rivales como Samsung y Huawei. Sus terminales One o Desire, en un tiempo superventas, llegaron a desaparecer de las tiendas por falta de demanda mientras HTC quedaba fuera de las 10 marcas que más venden en el mundo, desplazada por las empresas chinas de nuevo cuño que han llegado al mercado atacando en un sector por el que HTC precisamente no apostó con decisión, el de los terminales de gama baja a precios muy asequibles.

Para terminar de dibujar un panorama de oscuros nubarrones en el porvenir de HTC, los analistas estiman que en el actual trimestre las ventas van a ser incluso peores por lo que la recuperación se da por descartada hasta el punto de que de un grupo de 22 analistas de Bolsa no hubo ni uno solo que recomendase la adquisición de acciones de HTC.

La única (y probablemente última) baza que se plantean en HTC es que, dado que por lo menos no tienen comprometida deuda a largo plazo, la estrategia consistiría en contrarrestar su caída de ventas de un 75 % desde septiembre de 2011 recortando costes y concentrándose en el segmento de móviles de gama alta, que permite un mayor margen de beneficios y donde cuentan con la familia ONE, un terminal de gran calidad a pesar del poco interés que consigue despertar entre el público.

vINQulo

Bloomberg