¿Ha tirado la toalla Microsoft con los móviles?
El anuncio del despido de 7.800 trabajadores, casi todos de la división móvil, no augura nada bueno para Windows Phone.
Windows Phone ha muerto, viva Windows Phone. Ese es el mensaje que parece haber lanzado Microsoft esta semana al anunciar el despido de 7.800 trabajadores, casi todos de la división de móviles, y una reestructuración que costará unos 7.600 millones de dólares a la compañía en relación con los activos de Nokia. Redmond ha tirado la toalla y se retira del mercado móvil. ¿Es esto de verdad así?
La cosa no está tan clara. Microsoft se comunica en dos niveles, ofreciendo mensajes opuestos. Por un lado, está el nivel de los hechos, en el que parece claro que la tumba de Windows Phone está ya excavada y que Nadella está al borde dispuesto a darle un empujoncito a la plataforma móvil. El nivel de las palabras, no obstante, presenta una realidad bien distinta. Un cambio de estrategia, una reestructuración. Pero no una muerte.
Y es que lo que dijo Satya Nadella, CEO de Microsoft, cuando anunció los cambios el miércoles fue que de donde se retiraban era de la producción en masa. “Planeamos centrar nuestros esfuerzos en tres segmentos de consumo en los que podemos hacer contribuciones únicas”, aseguró Nadella. “Ofreceremos a los clientes de negocios la mejor experiencia de gestión, seguridad y productividad que necesitan; a los compradores de teléfonos baratos los servicios de comunicaciones que quieren; y a los fans de Windows los dispositivos flagship que amarán”.
Es decir, la estrategia de lanzar muchos Lumia, que claramente no ha funcionado, desaparece. Microsoft se centrará en dispositivos para empresas, para mercados emergentes, y para fanboys de la marca. Estos últimos tendrán los equivalentes al Nexus en Windows Phone. La reestructuración parece sensata y hasta necesaria, pero ¿hay esperanza?
La misión de Windows 10
Que Microsoft hubiese tirado la toalla de verdad con los móviles sería también una estrategia extraña, no tanto por su esencia (poca gente cree que Redmond tenga algo que hacer en este mercado), como por el momento del anuncio: poco antes del lanzamiento de Windows 10, la plataforma que promete “apps universales” para todo tipo de dispositivos. ¿Todo tipo de dispositivos menos smartphones y tablets? Sería muy raro que se retiraran ahora y no dentro de unos meses si ven que no funciona.
La idea de Windows 10 es buena y posiblemente lo único que puede hacer Microsoft para intentar salvar el negocio móvil. El problema que tuvo siempre Windows Phone fue el círculo vicioso en el que estuvo desde el principio: los consumidores no van porque faltan algunas apps clave, los desarrolladores no desarrollan apps porque faltan consumidores. Pero si las apps van a estar también en los ordenadores, donde Redmond sigue siendo mayoritario, quizá los desarrolladores se animen.
El problema es que quizá sea demasiado tarde. Además, al desarrollar apps buenas de sus servicios básicos (Office) para las plataformas rivales la compañía hace que para tener una buena experiencia no sea necesario tener un ordenador Windows y un dispositivo móvil Windows Phone. La combinación Windows-Android o Windows-iOS es igual de fluida. Por no hablar de que al haber creado esa especie de conversor de apps para desarrolladores parece estarles diciendo que no es necesario que desarrollen apps específicas para Windows.
La intención de Microsoft no es matar a Windows Phone, al menos no todavía, sino ofrecerle un último clavo ardiendo al que agarrarse. Lo que no está claro es cuánta paciencia tendrá Redmond antes de desaparecer del mercado móvil para siempre.