Grupo VIPS elige Sigfox para su proyecto IoT para smart coolers
El suministrador de conectividad de baja potencia con red propia en España anunció una serie de casos de uso reales ya en producción que se adentran en el Internet de las Cosas.
Después de siete años, Sigfox sigue manteniendo el espíritu de una pequeña startup, pese a contar con socios de relieve en su partnership como Telefónica y haber sido la empresa europea que más capital venture ha levantado el año pasado, 350 millones de euros. Nació de la mano de dos emprendedores franceses, Ludovic Le Moan y Christophe Fourtet, con la intención de conectar cualquier objeto de uso diario a través de ondas de radio y aprovechar la nube para su digitalización cuando solo existía el M2M, despliegues pequeños en los que batería vivía meses, no años.
Desde entonces han crecido por más de 60 países, incluidos China e India, con redes propias en 32 de ellos (17 con 100% de cobertura), capaz de dar servicios IoT a más de 660 millones de personas. En esta ocasión, Sigfox venía con casos reales de uso B2B. “Pese a que somos una compañía francesa -ya lo sé, nadie es perfecto-, contamos con una gran presencia desde el principio en España”, bromea Rebecca Crowe, directora de Ventas para España. “Cuando se habla de IoT la gente tiene en mente conectar ositos de peluche que te leen cuentos para dormir, pero la realidad es menos sexy, aunque con más impacto: contenedores de mercancía, turbinas y generadores, motores y piezas de aviación, cubos de basura, torretas de vigilancia antiincendios… Nuestro foco es poder masificar el IoT: conectar objetos de poco valor tenía un coste muy elevado, ahora podemos conectar lo que no podíamos conectar antes y hasta en objetos impensables, por ejemplo un sobre de correos por menos de 50 céntimos, como se vio en el pasado congreso Sigfox World IoT Expo en Praga”.
Actualmente, Securitas Direct es su mayor cliente B2B. Esta empresa posee una gran cuota de alarmas en España (1,2 millones de instalaciones) pero necesita diferenciarse de su principal competidor, y puesto que actualmente los ladrones disponen de tecnología de inhibidores de señal celular, Sigfox puede proporcionar su red que resiste mejor esta práctica; ya se está trabajando para extender la cobertura al norte de Europa e Iberoamérica.
Otros clientes nacionales que también se mencionaron son Correos, con un tracker que identifica dónde están los carros y sacas de los carteros. QuimiPool, empresa que gestiona sensores para monitorizar piscinas particulares, para mantenimiento preventivo y seguridad contra ahogamientos. O Digitanimal, que proporciona collares para el ganado (vacas, ovejas y caballos) para tenerlos localizados en el campo; de hecho, un proyecto de la Fundación Sigfox para protección de rinocerontes en África, ha sido recientemente premiado.
Pero habíamos venido a oír del proyecto piloto de neveras inteligentes para Grupo VIPS. El grupo de restauración posee 370 locales, a los que acuden diariamente 120.000 clientes, con marcas como VIPS, Ginos, Fridays, Wagamama, BSF o Starbucks. “Tenemos que gestionar un riesgo, el de seguridad alimentaria. El principal indicador a medir es el de la temperatura, por ley tenemos que tomar varios registros diarios y de manera manual. Pero según creces se vuelve una tarea más tediosa, ardua y complicada. Tenemos una gran variedad de vitrinas, mostradores, arcones, neveras y cámaras, unas frigoríficas y otras congeladores, unas en tienda autoservicio y otras en sala, en cocina y en almacén…”, detalla José Antonio del Castillo, director de Calidad del Grupo VIPS. “Al final estábamos tomando decisiones sobre lo que había pasado, necesitábamos reunir y centralizar toda la información y poder actuar sobre alertas en tiempo real para no perder género ni ventas; un control continuo de la cadena de frío nos permite mejorar la calidad final del producto entregado. De igual manera necesitábamos simplificar la operativa para cumplir la normativa y automatizar la toma de datos, lo cual nos podría permitir aumentar su periodicidad y obtener datos incluso cada quince minutos. Más adelante, ampliando el control de uso a cafeteras, grifos de cerveza y hasta sillas desocupadas nos permitirá identificar áreas de negocio a mejorar e incluso desarrollar otras nuevas propuestas no exploradas”.
Fabiola Pérez, consultora especializada en IoT retail del integrador Metiora, destacaba la necesidad de encontrar una solución con un coste ajustado, puesto que se debía escalar a más de cien restaurantes, y según los requisitos del cliente, que tuviera una cobertura “ibérica” (España, Portugal y Andorra) y con posibilidad de extenderse a otros países, además de fiable y con un consumo muy bajo de batería. “Todo eso lo encontramos en Sigfox, que además podía proporcionar una alta operativa, con una instalación muy poco invasiva y sin complicaciones, la puede realizar cualquier empleado y no requiere andar con claves de WiFi y emparejando antenas”. No solo es la tecnología que proporcionan los chips de Sigfox, capaces de identificar automáticamente el tipo de red a la que conectarse (GSM y UMTS) y mandar mensajes a través de la nube de Azure -lo cual reduce las necesidades de batería en comparación al GPRS y LTE-; sino, y fundamentalmente, el precio: “Una comunicación anual de Sigfox vale lo mismo que una conexión mensual de una operadora. Sin duda, habrá un infraestructura para las personas, que tienden a mandar mucha información pocas veces (la 4G y 5G) y una para las cosas, que tienden a mandar poca información muchas veces (la 2G y 3G)”.
Con indicadores 24×7, la fiabilidad de las mediciones permite desarrollar análisis de patrones y enviar alertas en tiempo real por SMS y eMail. “Desde la puesta en producción de este piloto, la verdad que se están alcanzando el 90% de las mediciones establecidas y recibiendo muy pocas alertas, la más habitual el haberse dejado una puerta mal cerrada. Ahora estamos ya en disposición de escalar e integrar los ciclos de mantenimiento”, señalaba el representante del Grupo VIPS. “Antes no era asumible un proyecto de estas características ni a nivel de CAPEX ni de OPEX, pero desde luego que ya sí, solo por el ratio beneficio/coste, con haber salvado una vez la mercancía de una cámara ya compensa; y lo mismo sucede si pensamos en el tiempo y recursos que dedicamos a cumplir la normativa de manera manual. Por eso de aquí a un año seguramente lo vayamos extendiendo a más enseñas”.
Ya lo adviertía la CEO de Metiora, “es típico empezar con un caso de uso con un cliente, y luego ir aumentando con otros objetos. A medida que pasa el tiempo, cada vez son más el número de equipos de todas clases que vienen preparados de serie, lo que facilita integrarse en el ecosistema”. Con el piloto de VIPS se comprobó que no todas las cámaras soportaban llevar antenas, o resultaba muy caro acercarles la cobertura. Sigfox, por el contrario, posee su segunda red más extensa en España, con una cobertura del 94% de la población y el 70% del territorio, capaz de alinear en una misma plataforma elementos muy heterogéneos. Aunque el valor de propuesta de la conectividad no suele ser más del 10% del presupuesto conjunto (hay más cosas como los equipos, la plataforma, la nube…), sí marca un vínculo importante y las operadoras quieren estar en el negocio B2B. En España emplea la infraestructura de Cellnex, aunque Telefónica es inversor estratégico en Sigfox, y a nivel mundial tienen clientes finales integrados en las redes de Telia o T-Mobile. Sigfox no quiere ser un dominador del IoT, sino un agente más en el ecosistema, es como elegir un coche, cada uno escoge el que más le gusta, el que se puede permitir o simplemente el que le ha tocado de rebote.
Las ventajas de trabajar en una banda no licenciada empiezan por su coste, ya que no hay que pagar canon por el uso del espectro de radiofrecuencia; le sigue por su simplicidad, similar a como funcionan los mandos a distancia de un garaje; y termina por su seguridad, ya que los chips pueden integrar tanto seguridad por software como encriptación por hardware. Por el contrario, como desventaja tiene la limitación del ancho de banda, que no permite el envío de grandes cantidades de datos, aunque para la mayoría de los casos de uso enseñados es suficiente y está optimizado para el Internet de las Cosas.
Además, se ha conseguido reducir el coste de los módulos de comunicación de 15 a 2 euros, antena y batería aparte, y el objetivo de Sigfox es llegar a modelos de 20 céntimos, que se puedan incorporar a un sobre de correos franqueado y saber si se ha abierto por el camino. Debido también a su posibilidad de conectarse a diversas bandas, los chips de Sigfox viajan muy bien entre continentes, desde mover objetos por diversos países, como maletas, hasta grandes contenedores sobre barcos o camiones. “No podemos comparar manzanas con peras, ni comunicaciones GSM con GPRS, pero a igualdad de prestaciones, nuestros trackers tienen un precio cinco veces más barato y las baterías duran cinco veces más”, explica Rebecca Crowe. “Otros players, como Amazon, han elegido implementar su botón de pedido sobre la red WiFi del hogar, pero esto presupone que todos sus inquilinos saben manejarse con las redes y meter la clave. Nuestra infraestructura es menos invasiva, no queremos influir en la gestión de seguridad del establecimiento ni estar pidiendo claves, esto es fundamental a la hora de situar expositores y neveras móviles promocionales en grandes superficies, por ejemplo. Con el tiempo aparecerán wearables para niños y gente mayor, que se alimentarán con el calor de la piel, hasta llegar al límite de no tener que necesitar batería”.
Aquí no hay quien domine
El IoT es un transversal tecnológico que alimentará de valor de los datos, al alcance de cualquier compañía. Hasta hace poco tiempo, montar una infraestructura de sensores y comunicación suponía una gran inversión, hoy hay múltiples casos de uso fácilmente abordables. “Internet de las Cosas transformará cómo vivimos y cómo hacemos negocios, es una ola gigantesca que, para quien esté preparado, será una gran oportunidad y para quien no lo esté, una gran amenaza”, señalaba Manuel Muñiz, CEO del Madrid IoT Instiute (MIoTI), el primer centro de formación postgrado dedicado en exclusiva al IoT. “Los equipos directivos son conscientes de que les falta una estrategia que desarrolle y aproveche este caudal de información. El 70% reconoce que no son capaces de integrar IoT en sus modelos de negocio, y el 50% de generar valor a partir de los datos que generan y capturan”.
Todos los grandes querrían tener su propia plataforma, IBM, General Electric, Thinkworx…, además de Amazon o Google. Hay más de 450 empresas en el ecosistema del IoT, probablemente no haya un solo ganador, y alguna de las que hay no cabrán en el futuro. “Es muy posible que la empresa dominadora en IoT igual está naciendo ahora o no ha nacido aún”, apunta Muñiz. “El que crea que va a haber un dominador claro en todo se equivoca, es un entorno muy complejo y heterogéneo. Hay que centrarse y colaborar porque si vas a todo te quedas atrás. Se compite de manera distinta, con sistemas abiertos y no cautivos, porque si intentas de manera soterrada vender solo lo tuyo el mercado te excluye”.