Grandes retos para las unidades de disco duro
Capacidad, resistencia y consumo de energía son algunos de los restos que tendrán que vencer los fabricantes de discos duros.
Las pequeñas unidades de disco podrían tener un gran futuro en los dispositivos de electrónica de consumo, pero los fabricantes se enfrentan a grandes desafíos en áreas como la capacidad, resistencia y consumo de energía.
Hasta ahora, el área de consumo ha llegado a ser un negocio significativo para los fabricantes de discos duros, quienes durante años se han enfocado en productos para ordenadores personales y grandes ordenadores que funcionan en centros de datos. Los discos duros han encontrado un camino abierto en los grabadores de vídeo digital, que permiten a los usuarios grabar programas de televisión; reproductores de música digital, como el popular iPod de Apple, y ahora otros dispositivos portátiles capaces de reproducir vídeo.
La mayoría de estas unidades de disco para los dispositivos de consumo cuenta con discos más pequeños que los platos de 3,5 pulgadas encontrados normalmente en los PCs. El iPod de Apple, por ejemplo, utiliza una unidad de 1,8 pulgadas de Toshiba y su iPod Mini emplea un disco duro de una pulgada de Hitachi Global Storage Technologies.
Seagate Technologies entró recientemente en el mercado de mini discos duros con una unidad de una pulgada. Durante una presentación, Gary Gentry, vicepresidente de Seagate predijo el lanzamiento de 150 millones de unidades de disco duro de 1,8 pulgadas en 2010, respecto a los 20 millones que se esperan este año. Pero Gentry advirtió que los fabricantes tendrán que trabajar para personalizar sus productos para el uso de consumo, señalando que los fabricantes se enfrentan a “grandes retos respecto a la robustez, rendimiento y vida de la batería”.
Los fabricantes de discos duros también deberían basar sus esfuerzos en los estándares de la industria y crear interfaces estándar para dispositivos de mano específicos.
Por otra parte, en la competición para servir como repositorio de datos para una nueva generación de dispositivos de consumo, los discos duros se enfrentan a la competencia de la memoria flash, un producto basado en semiconductores que es más caro por gigabite que los discos. Otra amenaza es la posibilidad de que los teléfonos y otros dispositivos móviles no almacenen los datos en sí mismos, sino que reciban la información en tiempo real y de forma inalámbrica, mientras que los datos se almacenan en un PC o en Internet.