GPS kosher, un ejemplo del poco espacio que la religión más ortodoxa deja a la tecnología
Que una de esas herramientas del demonio, quiero decir, un novedoso dispositivo tecnológico, en este caso un GPS, se pueda considerar kosher (apropiado) para un judío ortodoxo parece una paradoja. Pero ahí está: es de Mio y se llama Ma’amin (Creyente). El secreto está en que viene capado: no tendrá funciones de móvil, por supuesto, ni acceso a Internet. Además, incluye puntos de interés en Israel, como sinagogas, lugares sagrados o cementerios, así como oraciones y bendiciones hebreas. Por si acaso, la voz del dispositivo será la de un hombre y, como puntilla, en la presentación de ayer por la mañana un rabino le dio su bendición. La religión más pura no deja mucho sitio a la tecnología, pero algo sí, a un precio de unos 190 euros. — Rafa M. Claudín [Jerusalem Post]