GoPro no levanta cabeza, y la que fuera una de las empresas más importantes y con mayor crecimiento del sector de las cámaras de acción se enfrenta a un futuro complicado si no cambian las cosas. Los últimos meses de 2015 y este 2016 han puesto de manifiesto una situación bastante delicada y que se expresa directamente en su cotización.
La falta de novedades, los precios elevados, la crisis bursátil de 2016 y, más recientemente los problemas de su dron Karma, que le obligaron a retirarlo del mercado a los pocos días de estar a la venta, dejan a GoPro en un estado en el que una reestructuración es más que necesario para poder salir a flote.
La OPV de la compañía, a mitad de 2014, se acogió con optimismo los primeros meses, pero ya en 2015 empezaron a notarse los primeros problemas de la compañía y la cotización de vio afectada, hasta que en septiembre de 2015 cayó por debajo del precio inicial de la OPV, algo que no ha vuelto a recuperar. Los más de 35 dólares de junio de 2014 y su cima de casi 87 dólares en octubre de 2014, han dado paso a un valor en torno a los 10 dólares, tras una subida de casi un 3%.
La subida de la cotización la ha provocado el anuncio de una importante reestructuración que implicará el despido del 15% de la plantilla de GoPro, unos 200 trabajadores, además de cerrar su división de entretenimiento. El coste de la operación será de entre 24 y 33 millones de dólares, algo que se verá reflejado en los resultados del cuarto trimestre de este año.
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