Pese a su buena imagen corporativa Google no es ajena a los tratos de favor que algunas grandes empresas dan a otras compañías “amigas”. En mayo de 2007 el gigante tecnológico invertía 3,9 millones de dólares (2,8 millones de euros) en 23andMe, una startup biotecnológica creada por Anne Wojcicki, mujer del co-fundador de la firma de la gran G, Sergey Brin.
La situación se ha vuelto a repetir y dos años después Google vuelve a apostar por la firma de biotecnología, con una inversión de 2,6 millones de dólares más (1,87 millones de euros). Como ocurrió en su día la decisión ha sido bastante controvertida por la manera en la que se difumina la línea entre los intereses personales y empresariales.
23andMe se encarga de ayudar a los consumidores a interpretar su información genética, según informa The New York Times. Jane Penner, portavoz de Google, afirma que la inversión cobra sentido con el negocio de búsquedas de la compañía dado que ambos comparten la meta común de organizar la información del mundo. “Creemos en la tecnología que 23andMe había prometido la primerz vez que apostamos por ella y seguimos creyendo en ellos ahora”, afirmó.
Los fondos que Google invirtió en 23andMe la primera vez fueron usados, en parte, por la compañía de Wojcicki para zanjar un préstamo de aproximadamente 2,6 millones de euros que Brin había concedido a la start-up. Más tarde, a finales de 2007, Google compró acciones de la firma de biotecnología por un valor de 500.000 dólares (360.000 euros).
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