Las plazas de párking en Madrid y toda España están por las nubes, pero nadie se imagina pensar lo que cuesta alquilar una pista de aterrizaje: nada menos que 1,3 millones de dólares pagará Google por el derecho a poder aterrizar su propio Boeing 767 – y otros dos jets privados para los ejecutivos de la empresa – en la pista de la base aérea de Moffet Field, al lado de sus cuarteles generales de Mountain View.
Estas instalaciones pertenecen a la NASA, y muchos afirman que el acuerdo se debe a la condición adicional de que la NASA pueda instalar instrumentos científicos en los aviones de Google, que les permitirán ahorrar costes en sus misiones de vuelo convencionales.
Desde el aeropuerto hasta las oficinas apenas hay siete minutos en coche, así que el acuerdo parece que les servirá a los jefazos de Google para viajar de un lado a otro del mundo y asegurarse de que la vuelta a casa será muy, muy cómoda.
Lo mismito que el resto de los mortales.
vINQulos
NYT
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