Hace unos meses te contábamos aquí en The Inquirer que Google estaba desarrollando un automóvil autopilotado que no necesitaba al conductor más que para que este le indicase el destino al que quería llegar. Y ya lo tienen terminado, listo y dispuesto.
Concluye así el trabajo de desarrollo que ha durado varios años en el que han intervenido distintos departamentos de Google, cada uno de los cuales se encargaba de un aspecto diferente, desde la parte motriz en sí a la robotización de la conducción pasando por el geoposicionamiento, el reconocimiento del entorno… sólo cuando cada uno de dichos aspectos quedaba completado se iba añadiendo al conjunto, momento a partir del cual había que poner en marcha los tests oportunos para el producto final, algo que como decíamos ya en mayo se dio a conocer con un resultado más que satisfactorio.
Los dos pasajeros (no hay conductor y por el momento el vehículo es de dos plazas) se colocan en los asientos y sólo tienen que indicar el destino al que quieren llegar y todo comienza a funcionar.
El habitáculo recuerda a la parte trasera de cualquier automóvil dado que carece de ningún tipo de elemento de control manual o mecánico sobre la marcha del vehículo. No hay volante, no hay pedales, no hay palanca de cambios, no hay indicadores de intermitencia, interruptores de iluminación, freno de estacionamiento… y sin embargo funciona a la perfección, se adapta a las circunstancias del tráfico y transita por la vía sin salirse y llevando a sus pasajeros sanos y salvos a su destino.
El modelo ya finalizado pasará ahora a la fase de pruebas en las pistas que a tal fin dispone Google en sus instalaciones con la esperanza de que en breve pueda obtener la autorización para circular por las carreteras de California.
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