Posiblemente recordaréis las repudiables técnicas de King, entre ellas estaba el inexplicable registro de palabras comunes como Candy o Saga como marcas comerciales, algo que han conseguido en EEUU y Europa, “armas” que luego han estado usando para amedrentar legalmente a otros desarrolladores, tanto grandes como pequeños.
Pues bien, la oficina de marcas de EEUU parece haberle parado los pies a Google en un principio, alegando que es absurdo registrar como marca una palabra de uso común. Pero los abogados de Google han seguido adelante y han respondido con un documento de 1.928 páginas que explica entre otras cosas, que las Google Glass no tienen nada hecho con vidrio, sino que se trata de plástico y titanio.
Esperemos que esta defensa pergrina, que aparte de no tener sentido no tiene nada que ver con el hecho de registrar una palabra, que debería ser ilegal y estar prohibido directamente, ya que si no se pueden dar casos como el de King u otras empresas que poco a poco, sin que nos demos cuenta, vayan haciéndose con el control de las palabras. Ya puestos como sigamos así, terminarán registrando el aire que respiramos.
vINQulos
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