Hasta ocho estados USA están considerando una regulación del uso de las Google Glass por parte de los conductores de vehículos a motor, y por el momento la opinión mayoritaria entre los legisladores es más bien poco favorable a permitir este uso debido a las posibles distracciones en que podría incurrir el usuario, más pendiente de leer un correo electrónico recibido que de la conducción, con el ópticas peligro de ocasionar un accidente por esta causa.
En tres estados, Delaware, Illinois y Missouri, Google ha confiado en los lobbys para tratar de convencer a los legisladores locales para que no prohiban las Google Glass al volante.
Los lobbys, conocidos como grupos de presión, pueden presentar connotaciones negativas en algunos ambientes aunque en países como Estados Unidos de América gozan de una larga y popular tradición al erigirse como representantes de grupos de interés: empresas, consorcios, sectores de negocio, grupos locales… de la más variopinta naturaleza.
Tampoco se trata de grupos que se reúnen de manera clandestina con los representantes de los ciudadanos, al contrario, sus reuniones se incluyen en la agenda pública y oficial de congresistas, senadores, alcaldes… de manera que siempre es posible saber qué día se reunió un determinado cargo políticos con los representantes de las más diversas iniciativas o grupos económicos.
Este contacto entre los lobbys dirigidos por Google no es tampoco la regla general puesto que cargos electos de Maryland, Nueva York o Virginia Occidental manifiestan no haber sido contactados por grupos de presión de esta procedencia. Otros, en Nueva Jersey o Wyoming, no han facilitado una respuesta sobre este particular.
Al parecer uno de los argumentos que esgrimen desde Google es que una legislación restrictiva sobre el uso de Google Glass al volante sería muy prematura debido a la escasa implantación de este dispositivo. A esto responde el senador demócrata por Chicago Ira Silverstein que esta legislación precisamente trata de anticiparse al momento en que esto suceda y literalmente se pregunta de manera retórica “¿a quién tratan de engañar?”.
Durante 2012 en Estados Unidos fallecieron más de 3.000 personas debido a distracciones durante la conducción relacionadas con el envío o recepción de mensajes desde el dispositivo móvil o similares, razón por la que las autoridades se muestran especialmente severas con esta cuestión.
El representante del estado de Delaware Joseph Miro, impulsor de la prohibición en dicho estado del envío de mensajes desde el móvil mientras se conduce, aclara que el espíritu subyacente a legislaciones de esta naturaleza se encamina a impedir que haya distracciones en la atención de quien esta manejando un vehículo.
vINQulo
Reuters.