Google-Motorola-Lenovo: quién gana en el triángulo amoroso
Menos de dos años después de su adquisición, Google ha vendido Motorola a Lenovo. ¿Un fracaso estrepitoso o un paso en la dirección correcta?
Fue sin duda la noticia tecnológica de la semana: menos de dos años después de comprarla por 12.500 millones de dólares, Google le vendía Motorola a Lenovo por unos 3.000 millones. El análisis rápido, el que todo el mundo hizo a primera vista, era que Google se había equivocado con la compra de Motorola y que esta venta no era más que una admisión de fracaso. Pero entonces alguien echó cuentas: ¿de verdad ha perdido tanto Google con su operación Motorola?
En términos puramente económicos, lo cierto es que no: Google compró a una Motorola que tenía unos 3.000 millones de dólares en efectivo y casi 1.000 millones más en deducciones de impuestos, con lo que la compra quedó en 8.500 millones. Tras la adquisición, Google se deshizo de Arris (el negocio de set top box de Motorola) vendiéndolo por 2.400 millones, dejando la operación en 6.100 millones. Esta venta final por 2.900 millones lo deja en 3.200. Pero eso no es todo.
Google no vende Motorola por completo, sino que se queda con una de sus partes más valiosas: un porfolio de patentes y tecnología valoradas en unos 5.500 millones de dólares, por lo que las cuentas empiezan a salir en positivo. Google no pierde dinero deshaciéndose de Motorola y es posible que hasta logre reforzar Android con la operación.
Un guiño a los fabricantes
Cuando hace dos años Google anunció que se iba a hacer con Motorola Mobility, creó no solo un revuelo general en la industria, sino un nuevo clima de desconfianza entre muchas compañías que hasta entonces creían que tenían una buena relación con el gigante: los fabricantes de smartphones que habían adoptado Android. ¿Qué significaba que comprase un fabricante de hardware móvil? ¿Iba Google a convertirse en Apple y Android en iOS?
Poco a poco se fue viendo que no, pero fueron bastantes los fabricantes que decidieron hacer los deberes por si acaso e intentar dejar de depender tanto de Android. Algunos se centraron en desarrollar su propia plataforma móvil, como hizo Samsung, y otros abrieron las puertas a otros jugadores más pequeños (es decir, Windows Phone). Ahora que Google ya no tiene a Motorola, no solo gana a Lenovo como un buen partner estratégico, sino que puede recuperar la confianza de otros fabricantes.
¿Y por qué ha vendido Motorola? Muy sencillo: en primer lugar, no le estaba dando dinero; y, en segundo lugar, la razón principal por la que lo compró, que los fabricantes no hacían smartphones o tablets a la altura de Android, ha desaparecido. Google ha descubierto que puede colaborar con sus partners de forma más profunda para sus Nexus, como hizo con LG y Asus, y que, además, la gama alta de la mayoría de los fabricantes ya puede hacer que Android se muestre en todo su esplendor.
¿Quién gana en el triángulo amoroso? Gana Google y gana Lenovo, que logrará meterse en el mercado occidental de forma más sencilla. Motorola, por su parte, hace ya mucho tiempo que ni gana ni pierde. Que siga existiendo posiblemente sea la única victoria a la que puede aspirar.