Dejar que la gente escriba cualquier cosa en internet, sin controlar sus fines, es condenable a ojos de la justicia francesa. Google Francia acaba de aprenderlo en carne propia. El gigante de las búsquedas ha señalado que ha apelado la decisión, pero la sentencia se aplicará inmediatamente.
Y, coincidencias del calendario, se ha filtrado que la orden del juzgado llegó a Google Francia el mismo día que Eric Schmidt, consejero delegado de la buscador, desembarcaba en París, el 8 de septiembre, para una visita de unos cuantos días.
La sentencia ha sido pronunciada por el tribunal de Gran Instancia de París, que estima que Google es responsable de difamación en la red y sobre un punto concreto, el de los términos que aparecen en el sistema de sugerencias del motor de búsqueda. El individuo, que prefiere mantener el anonimato, ha visto como se sumaban a su nombre términos insultantes tales como violación, cárcel o satanista.
Google ha sido condenada a pagar un euro simbólico y a eliminar la sugerencia de búsqueda de estos términos.
El buscador ha apelado. En su defensa, el motor de búsqueda alega que las sugerencias son el resultado de un algoritmo que se basa en las búsquedas más frecuentes entre los internautas. El juez no ha aceptado la explicación. Tampoco han convencido los argumentos de Google basados en la libertad de expresión. “Intervenimos en las sugerencias de búsqueda cuando son contrarias a nuestra política de uso”, apunta un portavoz de Google citado por Les Echos. “Pero no podemos intervenir a petición porque no vamos a gestionar la reputación online de la gente al tiempo que es necesario respetar la libertad de expresión”. Y añade: “La decisión no es definitiva y no afecta más que a un caso particular”.
Derecho al olvido
Casos judiciales como el presente traen de vuelta al debate el derecho al olvido. Según Les Echos, varios diputados de la UMP están preparando una resolución sobre el tema. El derecho al olvido es un tema de discusión habitual en la prensa y no deja de preocupar a los sindicatos de prensa.
Vint Cerf, vicepresidente de Google e inventor del protocolo TCP/IP, ha estudiado el principio de un “estandar de datación de datos públicos”, que permitiría que algunos datos molestos se puedan reconvertir en obsoletos abriendo la puerta al tan debatido derechos al olvido.
Con este argumento, se podría impedir a la prensa el mencionar el pasado complicado de algunos personajes públicos, como por ejemplo los colaboradores del régimen nazi, tomando como argumento que el tiempo pasado permite hacer borrón y cuenta nueva para rehacer la reputación. O incluso algunos abogados podrían hacer olvidar la condena de sus clientes, responsables de compañías en problemas judiciales o condenadas en los últimos años.
*Una información de Silicon News Francia
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